(PR/ Rocío Guzmán) Ayer martes, el observatorio de la organización de Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMalá) dio a conocer las cifras de femicidios cometidos de enero a diciembre del 2022: fueron 233 en total. Además mencionaron la escalofriante cantidad de intentos: 425.
Del total de femicidios, 194 casos fueron directos es decir que el femicida atacó a quien iba dirigido su odio. Otras 21 muertes ocurrieron a raíz de femicidios vinculados: contra personas que intentaron impedir el femicidio, que quedaron atrapadas en la línea de fuego y aquellos que son para castigar psicológicamente a la víctima a partir de matar a alguien que ella quería.
Además, hubo 9 vinculados de niñas y mujeres, 21 vinculados de niños/varones y 9 trans/travesticidios. En el informe se sumaron también 89 muertes violentas asociadas al género, vinculadas a delitos comunes; 12 suicidios de femicidas y 58 en investigación.
Otro dato que se desprende del informe fue que el 91% de los casos los homicidas eran personas que conocían a sus víctimas, siendo parejas, ex parejas, familiares y conocidos. En tanto, el 14% de los femicidas, cuya edad promedio fue de 39 años, tenía antecedentes penales por violencia de género; un 13% se encuentra prófugo; un 7% abusó sexualmente de la víctima; un 6% fue cometido por integrantes de fuerzas de seguridad y en el 23% el agresor se suicidó.
En relación al método que usaron para cometer el femicidio, en un 33% de los casos los asesinatos se consumaron con un arma blanca; en el 23,5% a golpes; el 19,5% con arma de fuego; el 15% mediante asfixia; el 6% con quemaduras y en el 3% no hay datos.
A raíz de estos datos, Pueblo Regional dialogó con Carolina Walker Torres abogada feminista.
la letrada explicó que la violencia de género “tiene que ver con una cuestión social, cultural, estructural, no es una violencia cualquiera sino que se ejerce específicamente por el hecho de que la persona es mujer o disidencia o mujer trans. Se ejerce exclusivamente por esa condición» y que la violencia no es sólo física: también puede ser psicológica, sexual, laboral, etc.
También advirtió que la violencia más común es la que se ejerce en el ámbito doméstico, por las parejas, por esposos y las ex parejas.
Walker Torres expresó que el derecho principal de la víctima es el de poder hacer la denuncia y ser protegida inmediatamente por la ley, a través de lo que se llama “medidas autosatisfactivas”. Existen distintos tipos pero la más conocida son las “perimetrales”, donde el juez establece una medida muy rápida sin ningún tipo de sustanciación, es decir sólo con la petición de la mujer (aunque puede hacerlo a través de un profesional o no), y puede pedirla en Tribunales.
“El juez establece una medida de distancia fuera de la cual el agresor no puede acercarse a la mujer y de hacerlo comete el delito de desobediencia judicial”, dijo y comunicó que también podría pedirse un botón anti pánico aunque en localidades más pequeñas es difícil conseguirlo. A su vez se lamentó que existan sólo en las grandes ciudades como Rosario y Santa Fe y en nuestra ciudad no haya. “Habría que ver qué es lo que ocurre que no existen o si existen son muy pocos, porque la verdad que es una medida de protección muy importante. La mujer cuando está siendo víctima de alguna situación de violencia aprieta el botón e inmediatamente tiene a la policía, porque además tiene un GPS incorporado.”
Siguiendo la línea de las medidas autosatisfactivas indicó que en el ámbito doméstico, existe la exclusión de hogar. Es decir, «el juez dispone que el agresor sea excluido de la casa y la suspensión de regímenes de visita por ejemplo, cuando la violencia es ejercida hacia los hijos.”
Respecto a ser testigo de una situación de violencia hacia otra mujer, Walker Torres subrayó que una persona puede hacer la denuncia siempre y cuando exista un delito, porque “no siempre la violencia implica delitos, pero lo que yo aconsejo siempre es tratar la acompañar a esa mujer, tratar de sostenerla de alguna manera para que tenga la valentía y decida alejarse del agresor y pedir el auxilio de la ley.”
“Es muy difícil porque muchas veces esas violencias ocurren en ámbitos íntimos. Pero si veo una agresión, creo que lo fundamental es llamar a la policía (911) para que tomen intervención inmediata y posteriormente tratar de acompañar a esa mujer”, acotó.
La abogada, informó que para hacer las denuncias, existe la comisaría de la mujer en Venado Tuerto (Saavedra 463), el Ministerio público de la acusación, en los centros territoriales de denuncia y también existe la posibilidad de hacerlo de manera online en la página: https://mpa.santafe.gov.ar/denuncias.
“Este método es bueno porque lo podes hacer desde tu casa”, señaló.
También podes acudir a una abogada/o de tu confianza si tenes la posibilidad.
Además, subrayó que en los pueblos en donde no existen Tribunales de Familias, los jueces comunitarios de pequeñas causas también pueden dictar medidas autosatisfactivas. “Eso es importante decirlo porque por ahí, muchas mujeres que viven en localidades pequeñas piensan que los jueces no tienen la posibilidad de dictar una medida autosatisfactiva, y si la tienen. Y en los servicios públicos locales, en la Municipalidad, en las Comunas, en su mayoría tienen un área específica de la mujer que suelen acompañarte y ayudarte en estas situaciones.”
“Es fundamental conocer que si sufrís de violencia, podes acudir a la justicia con o sin abogado, por qué es un derecho que nos da la ley”, concluyó.
LÍNEAS NACIONALES
Si te agreden, escuchás, ves o sabés de una agresión a otra mujer: llamá al 144.
Te orientarán, te asesorarán y te darán contención. Las personas que te atienden en la línea nacional 144 son profesionales capacitados. La llamada no es una denuncia policial.
También podés llamar al 137. Te atenderá un psicólogo.
El psicólogo te ayudará y, si es necesario, enviará un equipo de asistencia. El equipo de asistencia está formado por policías, psicólogos, trabajadores sociales y abogados. La llamada al 137 no es una denuncia policial.