“En este momento la situación hídrica en María Teresa es que estamos resistiendo. El nivel de las napas es elevadísimo. El agua brota del piso en las juntas del pavimento. Tenemos los dos canales, tanto el norte como el sur, en su máximo nivel. Tenemos una laguna que tiene muchísimas hectáreas, próxima al pueblo, y que tiene como única barrera la ruta 14. Esa laguna está influyendo en el tema de las napas”, señala Roberto Freites, secretario de Obras Públicas de la Comuna de María Teresa. El distrito María Teresa es una suerte de olla en la que desembocan los excedentes hídricos de otros grandes distritos de la región como San Eduardo y Venado Tuerto. Eso hace que más allá de la lluvia caída en esa localidad, sobre ella repercuta lo que sucede en otros sitios. “A nosotros este mes nos han llovido 130 milímetros nada más. No tuvimos grandes lluvias, pero si en algunos campos ha superado los 250 milímetros y gran parte del agua del campo viene hacia el pueblo. Todas las lagunas cercanas donde desaguan los canales principales están desbordadas; y recibimos también lo que viene de aguas arriba, tanto de San Eduardo como de Venado Tuerto por las lagunas Las Encadenadas. También vienen hacia aquí los excedentes hídricos de Sancti Spíritu, que vienen de la alternativa norte de La Picasa y no alcanza a evacuar”, precisó. Respecto a cuáles deberían ser las obras que los distintos estamentos del estado deberían ejecutar para aliviar la situación, Freites señaló: “la provincia tiene que interceder y hacer las obras porque por ahí los municipios, las comunas; María Teresa, San Eduardo o la propia Venado Tuerto podemos hacer obras en nuestras localidades para que algún sector del pueblo no se inunde, pero no podemos estar previendo el agua de dónde viene y a dónde va. La provincia debería ponerse de acuerdo con las otras provincias (Buenos Aires, Córdoba) para hacer algo en conjunto, porque toda esta agua está yendo para Teodelina; y Teodelina está tapada de agua”. Agregando: “la provincia, con su equipo de ingenieros, debería determinar dónde hay que retener y hacerlo; dónde hay que cerrar un canal clandestino y cerrarlo; y dónde hay que hacer un canal y hacerlo”. Sobre la situación dentro del propio casco urbano dijo: “tenemos en el pueblo los dos canales principales, el sur (el último que se ha hecho) en el que todavía estamos esperando las alcantarillas por parte de la provincia. Estamos con las alcantarillas de emergencia, y hemos sufrido un derrumbe. Sigue trabajando pero ha sufrido un derrumbe y en algunos lugares pasa menos agua de la que debería. Y en la alternativa norte tenemos un pedazo de ducto en el pueblo, de 6 o 7 cuadras, que hay una parte que se ha destruido. Es una obra de más de 60 años. El piso de eso no es hormigón armado, es hormigón común con paredes de ladrillo. El tiempo y la presión de las napas ha hecho que se partiera, entonces las napas hacen salir el agua hacia la superficie. Brota el agua. El canal se ha desplazado para abajo como 50 centímetros, inclusive con el pavimento. Eso hace que el drenaje no sea el correcto”. La situación en la red vial dentro del distrito también es compleja: “los caminos que dependen de Vialidad están especialmente complicados porque no han cumplido con su compromiso de alteos, solo han venido a medir”. Finalmente señaló que “la Comuna está interviniendo en todos los órdenes. María Cristina (Gómez, la Presidenta Comunal) nos ha ordenado acompañar a los vecinos, asistirlos en cada cosa, trabajar día y noche. El área de Acción Social viene trabajando de cerca con los vecinos más afectados, y nosotros (desde Obras Públicas) con los productores agropecuarios. Pero es necesario que la provincia se siente con la nación y con las otras provincias vecinas y pensar en una gran obra como fue en su momento el canal de la alternativa norte de La Picasa, que ponga fin a esta situación”.
