(PR/ Rocío guzmán) Es una infección que afecta principalmente a las aves, como gallinas y pelícanos, en países de América y Europa. Puede transmitirse a humanos. El SENASA pidió reforzar las medidas de prevención.
La Influenza Aviar de Alta Patogenicidad IAAP es una enfermedad que nunca fue notificada previamente en la República Argentina e integra el Grupo I de las enfermedades de notificación obligatoria e inmediata consignadas en la Resolución Senasa 153/21. En este sentido, la Organización Mundial de Sanidad Animal OMSA establece que se trata de una infección de declaración obligatoria, que afecta a las aves de corral y silvestres, causada por cualquier virus de influenza tipo A perteneciente al subtipo H5 o H7.
Debido a que la enfermedad está avanzando desde los países del Norte hacia el Sur, a través de migraciones de aves silvestres, es muy importante la notificación inmediata y su detección temprana, a fin de disminuir el gran impacto que tiene sobre los sistemas productivos y comerciales aviares, en términos de gran mortandad de aves y pérdida de mercados internacionales.
Pueblo Regional se contactó con el Jefe local del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) Marcelo Astigarraga, para conocer más sobre esta enfermedad: «Las aves silvestres migratorias, en especial las acuáticas, son huéspedes y reservorios naturales del virus de la influenza aviar. En sus tractos intestinales o respiratorios, pueden transportar las distintas cepas del virus de la influenza aviar. Según la cepa del virus y la especie de ave, puede resultar inofensivo o fatal. Cuando las aves tienen pocos o ningún síntoma del virus, pueden propagarse entre países vecinos o a través de largas distancias, acompañando sus rutas migratorias.»
Las aves silvestres desempeñan una función principal en la evolución del virus de la influenza aviar y su mantenimiento durante las temporadas bajas. «Si bien las principales especies silvestres involucradas en el ciclo viral de la influenza aviar son las aves acuáticas, las gaviotas y las aves playeras, el virus parece transmitirse fácilmente entre las distintas especies de aves. La exposición directa de las aves de corral a las aves silvestres es el factor de transmisión más probable. Por lo tanto, es fundamental limitar su exposición para reducir al máximo el riesgo de introducción de la influenza aviar en las bandadas», agregó el profesional.
CÓMO IDENTIFICAR LAS AVES INFECTADAS
Debido a la variabilidad en los signos clínicos se considerará la sospecha de IA (Influencia Aviar) ante la observación de alguno de los siguientes criterios:
AVES DE CORRAL:
- a) Observaciones clínicas y patológicas en las aves:
- Reducción de la ingesta de alimento y agua superior al 20%, sin justificar.
- Reducción de la producción de huevos superior al 5% durante más de dos días, sin justificar.
- Un índice de mortalidad semanal superior a un 3%, sin justificar.
- Un índice de mortalidad de fin de ciclo en pollos de engorde mayor o igual al 10%, sin justificar o justificación insuficiente.
- Todo indicio clínico o lesión post-mortem que sugiera la presencia de IA.
- Sintomatología nerviosa tortícolis, opistótonos, movimientos rítmicos laterales de la cabeza, temblores, ataxia, incoordinación, paresia o parálisis, espasmos clónicos, desorientación, nistagmo, alteraciones visuales, movimientos circulares y convulsiones.
- b) Observación epidemiológica
- Si las aves han estado en contacto directo o indirecto con una explotación avícola que, se haya demostrado infectada con el virus de la influenza aviar.
- Si una explotación de cría o recría ha distribuido aves que, según se haya demostrado posteriormente, estuvieran infectadas con el virus de la influenza aviar.
- Si existe la posibilidad de que las aves hayan estado expuestas al virus, por ejemplo, debido a la entrada en la explotación de personas, vehículos, etc.
Los signos clínicos de influenza aviar de baja patogenicidad en las aves son extremadamente variables y dependen de factores como: especie afectada, edad, sexo, infecciones secundarias, inmunidad adquirida y factores ambientales.
AVES SILVESTRES:
- La mortalidad afecta a una o a más especies.
- El gran número de aves halladas muertas en el mismo lugar o área, prestando especial atención al incremento de la morbilidad y mortalidad de las mismas.
- Las aves muertas se localizan cercanas a establecimientos avícolas.
- Las aves muertas se localizan en zonas húmedas (lagunas, ríos, embalses etc.), y en particular cuando estas áreas se encuentran próximas a establecimientos avícolas.
Cabe recordar que el contacto con aves silvestres es uno de los principales factores determinantes de focos de la enfermedad en las aves domésticas.
«La transmisión de la influenza aviar de las aves a los seres humanos suele ser esporádica y se produce en un contexto específico. Las personas que están en contacto estrecho y repetido con aves infectadas o con entornos muy contaminados corren el riesgo de contraer esta enfermedad», advirtió.
SIGNOS CLÍNICOS Y LESIONES EN LAS AVES:
El experto comunicó que el período de incubación de la influenza aviar es difícil de calcular y probablemente varíe en función de la cepa vírica y el hospedador, normalmente se indica un período de cinco a seis días, pero es probable que, para cada ave, el período oscile entre unas pocas horas y aproximadamente siete días.
Los signos clínicos son muy variables y se ven influidos por factores como la virulencia del virus infeccioso, la especie afectada, la edad, el sexo, las enfermedades coincidentes y el medio ambiente.
Entre los primeros signos cabe incluir la inapetencia, la reducción de la ingesta de agua y una mortalidad relativamente baja. Sin embargo, la enfermedad también puede aparecer repentinamente en una manada y muchas aves pueden morir sin signos premonitorios o con signos mínimos de depresión, inapetencia, plumas erizadas y fiebre.
En general, cuanto más tiempo sobreviven las aves más acentuados son los signos clínicos. El plazo para el desarrollo de los signos depende del virus, el hospedador y la dosis infecciosa inicial, así como del sistema de producción avícola. El virus se propaga más lentamente en las aves ponedoras enjauladas y las aves al aire libre que en los pollos de engorde.
Las gallinas infectadas por el virus de la influenza aviar de alta patogenicidad pueden poner al principio huevos de cáscara blanda, pero al poco tiempo dejan de poner huevos. A menudo las aves enfermas se sientan o se quedan paradas en un estado semi comatoso, tocando el suelo con la cabeza. Las crestas y las barbas están cianóticas y edematosas, y pueden tener hemorragias petequiales o equimóticas en las puntas. A menudo se produce diarrea acuosa profusa y las aves tienen una sed excesiva. La respiración puede ser dificultosa y puede apreciarse un lagrimeo excesivo. Pueden apreciarse hemorragias en zonas de la piel carentes de plumas. Los índices de mortalidad en las manadas oscilan entre el 50% y el 100%.
En los pollos de engorde los signos de influenza aviar de alta patogenicidad son a menudo menos evidentes que en otras aves de corral y, entre ellos, se incluyen a menudo depresiones graves e inapetencia y la primera anomalía observada puede ser un aumento muy notable de la mortalidad. Asimismo, pueden apreciarse edemas en la cara y el cuello, y signos neurológicos como tortícolis y ataxia.
En los pavos, la IA de alta patogenicidad es similar a la observada en las aves domésticas, pero algunos virus de la IA de alta patogenicidad se presentan con mayor virulencia en estas aves, mientras que otros se presentan con menor virulencia. Asimismo, puede ser severa cuando está asociada a infecciones secundarias.
En ñandúes puede ocurrir depresión, caída de plumas, respiración de pico abierto, además de parálisis de las alas y temblores de cabeza y cuello.
En los gansos infectados por el virus de la IA de alta patogenicidad, los signos de depresión, inapetencia y diarrea son similares a los de las gallinas ponedoras, aunque frecuentemente con senos hinchados. Las aves más jóvenes pueden presentar signos neurológicos.
Es posible que los patos no presenten ningún signo clínico cuando están infectados por el virus de la IA de alta patogenicidad, pero hay constancia de que algunas cepas víricas producen signos similares a los de los gansos, con algo de mortalidad.
Las aves que mueren en una fase aguda pueden presentar lesiones macroscópicas mínimas, consistentes en la deshidratación y la congestión de vísceras y músculos.
En los cuerpos de las aves que mueren después de una evolución clínica prolongada se observan hemorragias petequiales y equimóticas, en especial en la laringe, la tráquea, el proventrículo y la grasa epicárdica, así como en superficies serosas adyacentes al esternón. Asimismo, se observa un edema subcutáneo amplio, en particular alrededor de la cabeza y los corvejones. El cadáver puede estar deshidratado. Puede haber focos necróticos amarillos o grises en el bazo, el hígado, los riñones y los pulmones. El alvéolo puede contener un exudado. El bazo puede encontrarse dilatado y hemorrágico.
La IA se caracteriza histológicamente por trastornos vasculares que dan lugar a edemas, hemorragias y manguitos perivasculares, especialmente en el miocardio, el bazo, los pulmones, el cerebro, el páncreas y las barbas.
Se dan focos necróticos en los pulmones, el hígado y los riñones. En el cerebro puede producir gliosis, proliferación vascular y degeneración neuronal.
QUÉ HACER SI SE DETECTAN AVES CON SÍNTOMAS
La notificación de aves de corral o silvestres o cautivas con signología atribuible a IA en todos los casos se efectuará en las oficinas locales del Senasa, a través de la aplicación ¨Notificaciones Senasa¨ o al correo electrónico [email protected] y es obligatoria para:
- a) Los responsables o propietarios de las aves afectadas.
- b) Las personas responsables o encargadas de cualquier explotación avícola, industrial o doméstica.
- c) Los veterinarios privados.
- d) Cualquier autoridad nacional, provincial o municipal.
- e) Los responsables de los laboratorios de diagnóstico o investigación, que se encuentren o no incluidos en la Red de laboratorios del Senasa, pertenecientes a organismos nacionales o provinciales, privados o públicos.
- f) Cualquier persona que tome conocimiento de la existencia de aves enfermas o presumiblemente afectadas.
PENALIZACIÓN
Según la información proporcionada por el SENASA, está penalizado la comercialización de aves enfermas. Ante la detección de signos clínicos nerviosos, respiratorios, digestivos, disminución en la producción de huevos, en el consumo de agua o alimento o el hallazgo de aves domésticas y/o silvestres muertas, cualquier persona puede notificar al Senasa, a través de los siguientes canales:
En las oficinas del Senasa – personalmente o comunicándose por teléfono–. A través de la app “Notificaciones Senasa”, disponible en Play Store.
Enviando un correo a [email protected] y en la **página web, en el apartado Avisá al Senasa.
«Mantener al sector avícola libre de enfermedades es una responsabilidad compartida que beneficia a todo el país», concluyó Astigarraga