(PR/Gustavo Brianza y Santiago Córdoba) Este jueves 7 de noviembre, la Escuela N° 1189 «Carlos Javier Benielli» de Venado Tuerto, está celebrando su 50° aniversario. Fundada un día como hoy, pero de 1974, la institución escolar ha sido una referencia para el barrio Provincias Unidas.
Del acto principal por las Bodas de Oro del establecimiento educativo, ubicado en el mismo espacio que comparte con la plaza «Dr. Juan Escribano», participaron el diputado provincial Leo Calaianov; los concejales María Verónica Ruiz y Santiago Meardi; la delegada regional de Educación, Verónica Caporaletti; y la comunidad educativa del colegio.
Las autoridades de la escuela recibieron de manos de los ediles Ruiz y Meardi, la declaratoria de Interés del Concejo Municipal y entregaron una placa en representación del Gobierno de Venado Tuerto. A su vez, Calaianov y Caporaletti participaron del descubrimiento de un mosaico que contiene el logo y el nombre de la Escuela N° 1189.
Al momento de los discursos alusivos, la primera oradora fue la directora del establecimiento educativo, Liliana González, quien valoró «el esfuerzo mancomunado de toda una comunidad de familias para darle nacimiento a la escuela».
«Toda la fuerza de la esperanza promisoria nutre nuestros espíritus ante la continuidad, sin pausa, de la tarea educadora de todos los que son y fueron miembros de esta querida institución. Hubo y hay esperanza, ideas, proyectos, realizaciones compartidas, etapas superadas por voluntad y el impulso común de autoridades, miembros de cooperadoras, vecinales, maestros y familias», destacó.
«Que este aniversario y cálido acto de hoy sea testimonio de nuestra gratitud a todos quienes nos han tendido su mano amiga. También, en este reconocimiento, involucramos nuestra promesa de trabajar con fe y optimismo, que la providencia nos guíe para brindar lo mejor de nosotros en nuestra alta misión de educar. Escuela Carlos Javier Benielli, vital escenario para muchas generaciones de niños que se sucederán en el tiempo en busca de realizaciones», completó.
Por su parte, la delegada regional de Educación, Verónica Caporaletti, remarcó: «Feliz cumpleaños a la emblemática 1189, nosotros estamos muy contentos de poder celebrar juntos como comunidad educativa, hablo en nombre también del cuerpo de supervisores que se hizo presente y de todos los directores que estuvimos en una actividad hasta hace un ratito y estábamos todos preparándonos para el cumpleaños de la 1189, así que es importante que podamos celebrar como comunidad los docentes, los directivos, las escuelas, las familias, los cooperadores, el Gobierno provincial y el Gobierno municipal».
«Que una escuela primaria celebre 50 años, es prácticamente la mitad del recorrido de ese nivel, la educación primaria tiene 100 años de antigüedad o un poquito más o sea que la escuela tiene más del recorrido acompañando a la educación de las infancias. No es menor el trabajo que hace la escuela primaria, no es menor el trabajo que hace esta escuela que hizo, que hace y que seguirá haciendo para garantizar el derecho de los niños y las niñas esa educación común como decía la vieja ley», aseguró.
Posteriormente, les agradeció a todos por el esfuerzo de tantos años e instó a seguir trabajando juntos como hasta ahora. «Seguir educando y acompañando a infancias felices es una tarea de la escuela, pero también de todos los que estamos acá como la gran comunidad educativa que somos», enfatizó.
A continuación, Graciela Barrios, en representación de los egresados de la primera promoción de la Escuela N° 1189, manifestó: «Gracias a una de mis compañeras y amiga que todavía atesora las palabras de nuestra señorita Mónica y nos pareció atinado junto con el equipo directivo que la recordemos para nuestros compañeros que han podido llegarse y para todos».
«Son palabras muy sentidas, muy lindas y se las voy a regalar a ustedes. Hoy, la campana de nuestra escuela les da su toque de despedida. Su son, entre melodioso y brusco, marca el fin de una etapa y el comienzo de una nueva vida. Miremos hacia atrás, cuántos momentos hermosos vemos, cuántos tropiezos, cuántos logros… todo quedará en una cajita de recuerdos que cada uno lleva en su corazón, pero ahora miremos hacia adelante y con sorpresa encontramos una palabra que encierra quizás todos los pensamientos, todos los ideales: futuro», subrayó.
Luego, Barrios les dejó un mensaje a las nuevas generaciones que transitan por las aulas de la escuela: «La vida es una larga sucesión de eslabones marcados para que cada uno de los acontecimientos que vivimos tengan su dimensión verdadera. Una sonrisa, un amigo, un acierto, una esperanza, aunque pequeñitos tienen un valor positivo, que si lo vemos con claridad, dan la fortaleza necesaria para vencerlo todo. Son tan jóvenes, aún empiezan a vivir, pero ya lo saben todo, saben y sienten y con eso que es poco, pero que es mucho, se lanzarán a vivir, a acertar, a equivocarse, a gozar o a sufrir. Cada uno querrá aprender por sí mismo, pero si juntan fuerzas y son prudentes, antes de empezar la gran aventura de aprender, a ser jóvenes de bien, todo será más fácil y tendrá su fin positivo».
«Esta escuela se convierte hoy para ustedes en una sencilla y armoniosa casa donde cada aula será el puerto al que llega un amigo y cada banco un ancla que se infla y lo lleva a navegar a todos juntos por el mundo. No nos decimos adiós, porque las puertas abiertas demuestran un simple y verdadero ‘hasta siempre alumnos de séptimo grado'», añadió Barrios, quien recordó que esas palabras fueron escritas cuando ellos egresaron por la docente Mónica Parés.
Por último, cabe destacar que de la celebración formó parte la Banda Municipal «Cayetano Alberto Silva», que ejecutó los acordes de las distintas marchas que engalanaron el acto.
