La escuela N° 38 «Presidente Raúl Ricardo Alfonsín», que este año cumple 25 años, está a cargo de un matrimonio de docentes compuesto por una jujeña (Soledad Otaola) y un correntino (Denis Barrios) que viven en la ciudad fueguina de Río Grande.
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Quince niños, niñas y adolescentes de entre 3 y 16 años comenzaron este lunes las clases en la única escuela del continente antártico que funciona en la base Esperanza y que durante el año pasado tuvo que suspender su actividad debido a las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia de coronavirus.
La escuela forma parte del sistema educativo de la provincia de Tierra del Fuego y este año está a cargo de un matrimonio de docentes compuesto por una jujeña y un correntino que viven junto a su familia en la ciudad fueguina de Río Grande. Las clases son de lunes a viernes de 8 a 12 y de 15 a 18.
La base Esperanza tiene la particularidad de ser la única estación antártica en la que el personal científico y militar destinado a invernar allí es acompañado por sus familias para lo que funciona como un poblado que suma casas independientes, una iglesia, una escuela, una oficina postal, una emisora radial y un registro civil a la habitual estructura antártica de hangares y laboratorios.
Durante 2022 unos 60 argentinos habitarán ese caserío, de los cuáles 16 son hijos de los integrantes de la dotación cuyas edades van de los 3 a los 21 años; dos de ellos en edad de educación inicial, cinco que cursarán la primaria, 8 que desde allí seguirán sus estudios secundarios a través del Sistema de Educación a Distancia del Ejército Argentino (Seadea) y uno de 21 años que sigue una carrera universitaria.
ALMA DOCENTE
Soledad Otaola, docente jujeña de 41 años, y su esposo Denis Barrios, un profesor de Educación Física de 46, son el matrimonio de educadores que el año pasado ganó el concurso provincial del que participaron otras nueve parejas y este año tienen el desafío de dar clases a un grupo de diferentes edades y orígenes del que también formarán parte sus tres hijos más chicos, Paula de 16, Danilo de 7 y Fausto de 3; sus hijos mayores, Dana y Nicolás, eligieron quedarse en la casa familiar de Río Grande, donde estudian y trabajan.
Otaola, que además será la directora de la escuela, contó en diálogo con Télam que «las horas previas a la inauguración del ciclo lectivo se viven con mucha ansiedad y emoción porque es la reapertura después de la pandemia, porque este año se cumplen 25 años de que la escuela entró en la jurisdicción provincial, y porque es algo con lo que mi marido y yo soñamos desde hace muchos años y aunque todavía soy joven se siente como el broche de oro de una carrera».
La docente detalló que «para elaborar la propuesta educativa de 2022 estuvimos investigando mucho sobre la Antártida, la base Esperanza, la vida del general Pujato, la educación rural y las clases plurigrado; además sabemos que en esta base la escuela es el corazón de la vida social y por eso estamos planificando talleres y actividades para hacer en familia, hay una mamá que sabe lenguaje de señas y el chico de 21 es instructor de musculación por lo que ya sabemos que van a poder aportar esos saberes».
La escuela fue fundada en marzo de 1978 con el nombre de «Presidente Julio Argentino Roca» y en 1997 paso a depender del gobierno fueguino, mientras que en 2012 la legislatura provincial cambió su denominación a «Presidente Raúl Ricardo Alfonsín».
Desde noviembre de 2018 que Chile cerró la Escuela F-50 que había funcionado en Villa Las Estrellas durante 33 años, la escuela «Raúl Alfonsín» es la única en funcionamiento en la Antártida.
La base Esperanza está ubicada en punta Foca de la bahía Esperanza en la península Trinidad, a unos 1.100 kilómetros de Ushuaia y a cerca de 3.200 de Buenos Aires, la temperatura media en la zona es de 5 grados bajo cero con mínimas de históricas de hasta 30 grados bajo cero.(TELAM)