La movilización del viernes pasado que presentó a todas las centrales sindicales juntas en las calles en conmemoración del 1 de mayo y marcando una primera protesta de envergadura contra el gobierno nacional, es un acontecimiento que renueva el escenario político. Desde los primeros años de la democracia no se producían convocatorias masivas que tuvieran como distintivo la unidad del movimiento obrero.
Más tarde, bajo la conducción de Saúl Ubaldini, se dieron los últimos episodios de unidad. Después, se formó la CTA y comenzó un periodo que terminó con la fragmentación de la CGT y de la propia central autónoma. La consigna de unir a los argentinos terminó siendo una realidad en la confluencia de las organizaciones sindicales para enfrentar una coyuntura definida por los despidos arbitrarios y la enorme transferencia de ingresos hacia los sectores concentrados de la economía.
“Que yo recuerde, y cómo hablábamos ayer telefónicamente con el compañero Moyano, creemos que 20 años, desde la época de Saúl Ubaldini, a partir de ahí empezaron a escindirse las centrales de trabajadores autónomos y después lo del último tiempo de la CGT. Hoy nos une la lucha en las calles para demostrar la posición del movimiento obrero. La media sanción de la ley antidespidos es un compromiso que personalmente me había tomado con los compañeros de Firmat, para avanzar en eso que trabajamos mucho para que suceda desde que nos presentamos en el Congreso. Es una conmemoración del primero de mayo pero también la puesta en las calles de una protesta ante la falta de respuestas y un giro de la economía a favor de sectores del poder económico que no resuelven el problema de los trabajadores”, dice Jorge Sola, secretario general de la CGT Venado Tuerto.
El referente cegetista de la región, que ocupa el cargo de secretario de Acción Social en la instancia nacional de la CGT, viene posicionándose como uno de los dirigentes de mayor relevancia dentro de la escena nacional. Junto con Juan Carlos Schmidt fueron los responsables de asistir al Congreso y asumirse como la voz de varios de los reclamos y propuestas que la central sindical presentó ante el sector político. La etapa de renovación de autoridades y la transición hacia la unidad del movimiento obrero lo deja en un lugar preferencial y alta influencia.
El rol jugado en los conflictos de la región, refuerzan ese liderazgo. La matriz productiva estalló en su punto más álgido, con los cierres y despidos en Firmat. Sin embargo, el cimbronazo llegará inevitablemente a las demás localidades en donde existen industrial metalmecánicas y textiles, dos de los focos más afectados por el ajuste.
“Nosotros venimos viendo en la región que el parate de la generación de empleo viene desde hace tres años. Nosotros tenemos una fuerte impronta de trabajo metalmecánico, de trabajo manufacturero, y eso no se ha generado. Por crecimiento demográfico, todos los años se suma gente al mercado laboral, y la producción no generó los puestos suficientes para que sean tomados. Eso tiene que ver con la falta de inversión en la productividad y el egoísmo del capitalismo vernáculo para poner la plata y que empiecen a funcionar los engranajes de la producción. Hay lugares donde hay llamados de atención, como en la metalmecánica, el sector mecánico, textil. Estamos viendo que donde se está produciendo la mayor cantidad de gente sin trabajo es en el sector en negro. Casi cuatro de 10 trabajadores está en negro y nuestra región no escapa a eso”, describe Sola.
El bajo nivel de inversión privada y los altos márgenes de ganancia empresariales no entran en discusión. Durante el debate por la ley antidespidos, fueron pocos los interlocutores que agregaron el factor del trabajo. La preocupación del gobierno está centrada en los inversores. El papel que jueguen los empresarios es fundamental en la recomposición del tejido productivo regional. Hay en nuestra zona actores privados que tuvieron un crecimiento inédito en los últimos años y cuentan con llegada y acceso a las primeras instancias del gobierno nacional. Son figuras de peso.
“El Centro Regional para el Desarrollo es un sector en el que tenemos sentarnos y pensar qué queremos para Venado Tuerto y darle alguna motorización. También depende de ellos para que le den la suficiente estructura y dinámica para que suceda. Nosotros siempre hemos sido favorables a entablar mesas de dialogo, más allá de las diferencias en el hacer y en los objetivos”, sintetiza.