(PR/Norma Migueles) El 4 de abril de 2016, el nombre de Mauro Nahuel Novelino -un joven venadense que había solicitado traslado a Venado Tuerto desde la cárcel, donde transitaba proceso por varias causas, una de ellas del fuero federal- tomó estado público y no fue, como sucedió años después, por su renombre como jefe de una banda dedicada Al fraccionamiento y venta de estupefacientes, sino por una “travesura”, que puso en jaque a la policía.
Los hechos se dieron de un modo extraño cuando cuatro reclusos eran traídos en un furgón de la Alcaldía de Melincué por acercamiento familiar. Según la recopilación de la fiscalía el huidizo recluso escapó esposado y cuando los custodios reaccionaron ya había desaparecido, lo que llevó a pensar en la posibilidad de que hubiera algún cómplice esperándolo.
La crónica de la fecha señala que cuando llegaron con los presos “los custodios pidieron colaboración a personal de la Cría 2da y se acercó un guardia, por lo que procedieron a bajar del móvil a los cuatro detenidos en fila, quienes tenían sus manos esposadas hacia delante, si bien como manifestó el policía habitualmente los traen “encadenados” con las esposas atados uno a otro, en esta oportunidad estaban esposados en forma individual, y el último en bajar fue Novelino, quien aprovechó que se llevaban sus tres compañeros y arrojó la mochila a los pies del agente que había quedado cerrando la puerta y huyó a la carrera por Saavedra, luego hacia Mitre y España. El policía pegó el grito y salió a la carrera tras él, pero al ver que le llevaba ventaja optó por volver para buscar un móvil, pero ya no lo encontraron más”.
Al revisar la mochila , que los guardias admitieron no habían revisado al salir de Melincuè, encontraron hojas con varias carillas escritas ( no se conoce el contenido) y al finalizar el texto con letras muy grandes advertía, “no me busquen yo me voy a entregar”.
CARA CONOCIDA
El 6 de abril de 2016, la casualidad quiso que un efectivo de la PDI que se encontraba esperando colectivo en la terminal de Rosario, vio a Nahuel Novelino quien se había fugado el 4 de abril en Venado Tuerto. Al reconocerlo solicitó colaboración del personal policial, que custodia la terminal de ómnibus, logrando recapturarlo y derivarlo nuevamente a Melincué.
Es de destacar que en este caso el policía que residía en Venado Tuerto, no estaba en servicio y en realidad viajaba para asistir a un curso de capacitación, sin embargo al reconocer al prófugo, no dudó en adoptar las medidas de seguridad para recapturarlo, resultando este un claro ejemplo de actitud comprometida con su labor.
“SON BUENOS MUCHACHOS”
En horas del mediodía del 7 de abril ( ya sin demoras) se celebró la audiencia imputativa, esta vez con fuerte despliegue de custodia policial, donde la fiscal Paula Borrello le sumó una nueva imputación a las cuatro causas que están en trámite, en esta oportunidad por evasión en aplicación al art 280 del CPP.
En la audiencia exhaustiva y extensa, la fiscal advirtió que con fecha 16 de marzo pasado, como resultado de una pericia realizada al celular de uno de los co autores en algunos de los hechos imputados, surgió una conversación donde pedía apoyo para escaparse de la prisión.
Y el punto final lo puso el mismo imputado quien antes de retirarse quiso declarar ante el juez Leandro Martín, manifestando “los custodios que me trajeron no tiene nada que ver con la fuga, son dos buenos oficiales”.
Martín, tras aceptar la imputación, aplicó una extensión de la prisión preventiva que ya venía sufriendo por los hechos investigados.