Esta semana se produjeron dos hechos políticos aparentemente desconectados. Por un lado, la presidenta envió al Congreso un proyecto de ley para ajustar dos veces al año las asignaciones familiares, por embarazo y universal por hijo con el mismo índice que se actualizan las jubilaciones. Por otro lado, Carlos Zannini integrará la fórmula presidencial con el actual gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli. La lógica que parece unificar ambos hechos estaría dada por la construcción de un futuro kirchnerismo de la resistencia.
El anuncio sobre las asignaciones fue realizado junto a un aumento del 30 % a partir de junio. La presidenta fundamentó la necesidad de una ley de movilidad similar a la de jubilaciones «para que los aumentos se realicen de manera automática y no queden sujetos al libre arbitrio del presidente de turno». La ampliación de derechos que la medida significa difícilmente resulte indiferente al próximo gobierno. Cualquier tentativa de ajuste que quiera implementarse chocará indefectiblemente con la resistencia popular. En este sentido, el proyecto no sólo implica una ampliación de derechos sino que también constituirá un instrumento de organización.
En relación a la elección de Zannini como compañero de fórmula de Scioli, cabe suponer que la decisión fue adoptada por la propia presidenta. Es cierto que tal determinación significa un espaldarazo a la candidatura del mandatario bonaerense, hasta el momento, el precandidato mejor perfilado dentro del Frente Para la Victoria. Pero también puede interpretarse como un intento de Cristina por marcarlo de cerca a Scioli en una eventual presidencia suya, mediante el ingreso de un dirigente de extrema confianza de la presidenta. El nunca descartable giro conservador de Scioli tendría un contrapeso desde el riñón del kirchnerismo más puro. La resistencia también se haría desde adentro.
Los distintos escenarios posibles ameritan diferentes instrumentos de lucha. Desde la presencia de Zannini en la fórmula presidencial hasta leyes que amplíen los derechos sociales. Si la primera opción fracasa, quedará como resguardo la organización popular. Porque como bien señaló Cristina el 25 de mayo pasado: “Va a pasar lo que ustedes quieran que pase. Porque ustedes son los que están empoderados, ustedes son los titulares de los derechos”. En última instancia, la construcción de organización para la defensa de los derechos conquistados motorizará el kirchnerismo de la resistencia.
Por Horacio Bustingorry
Fuente Agencia Paco Urondo