El ilusionismo es parte del día a día de Enrique Eduardo Silva, un venadense que a los 8 años comenzó a practicar frente a su primer testigo nada más y nada menos que su mamá.
Dedicado de lleno al arte Enrique cuenta que también es artista plástico, letrista y dibujante de comics. Nació en Venado Tuerto en 1962 y a los 4 años junto a su madre se fue a vivir a Rosario y como cosa del destino frente a su casa había una biblioteca. Allí Enrique pasaba muchas horas y en una de estas entretenidas jornadas fue donde encontró un libro que enseñaba trucos para niños “aún tengo ese libro, aclaro que no lo robé sino que me lo regalaron las secretarias de esa sala, en agradecimiento por actuar varias veces para los niños que a su vez eran mis pares, y compañeros de lectura infantil” cuenta como si fuese ayer que empezaba a transitar sus primeros pasos en el apasionante mundo del ilusionismo.
Pasaron los años y las experiencias como artistas se fueron sumando una a una, todas inolvidables y tan particulares como únicas “Mi vida mágica profesional comenzó a los 17 años, en Venado Tuerto cuando en cuarto año, en un desfile show que organizamos para juntar dinero para el viaje de estudios, debuté. Me presenté en todos los colegios, jardines, clubes, teatros, salas, y casa de familia. Luego me tocó en suerte viajar a Europa, donde actué en España, toda la costa Mediterránea… desde Málaga, Sevilla, hasta en el barco cruzando el Peñón de Gibraltar, en África y en alguna mezquita Árabe. También en varios teatros de Francia”. Mil historias y anécdotas para contar de este viaje que fue promovido desde el municipio de Venado Tuerto.
De todas sus presentaciones, Enrique destaca las que realizó en CANEA y el hogar Josefa Rosello en su ciudad natal, Venado Tuerto. “Lo que más me gusta es animar al público infantil, ser un actor que entretiene con pañuelos de colores, utensilios varios, cajas mágicas y palomas que aparecen y desaparecen. Al entretenimiento mágico infantil lo amo… nunca lo voy a dejar de hacer, mientras tenga lo físico, la mente y Dios me lo permita” comenta convencido con la felicidad de quien vive de lo que más disfruta hacer de su vida. Además, agrega que en el 2018 comenzó a ir al hospital Alejandro Gutiérrez, gracias a la intermediación del doctor cirujano Lolo Bachella, a hacer actuaciones mágicas y figuras con globos en todas las salas de internación de pediatría hasta que comenzó la pandemia. “Esa experiencia fue sensacional sacarles una sonrisa a pesar del dolor de estar en ese lugar a los niños que se encuentran internados junto a sus padres” describe.
Pero su vida artística fue de la mano con su vida familiar y Enrique sueña con dejar un legado en alguna de sus hijas y nietas. Hoy con 59 años, tres hijas y tres nietas recuerda con nostalgia cuando sus pequeñas en edad escolar practicaban algunos trucos para luego mostrar a sus compañeros, “tal vez mis nietas les entusiasme por curiosidad lo que era su abuelo mágico” agrega.
Hoy Enrique forma parte de la gran familia de Pueblo Regional y los lectores del semanario pueden disfrutar de sus comics “Fleyman y su mascota Eli”.


