(PR/Norma Migueles) En la jornada de hoy, falleció el vecino de Venado Tuerto Juan Carlos Salinas, quien fue apuñalado el 8 de noviembre pasado en el marco de un conflicto con un vecino por un perro. Por el hecho hay dos personas imputadas y en prisión preventiva, bajo la calificación tentativa de homicidio. Consultada la fiscal Mayra Vuletic, indicó que esperará el resultado de la autopsia para recalificar el hecho. Cabe recordar que también se constituyó la querella a través de la abogada Ana Regidor.
El ataque a Juan Carlos Salinas ocurrió frente a su domicilio de Pringles 88, en el marco de un conflicto ocurrido días antes con un vecino por un perro. Según la imputación realizada por la fiscal Vuletic, de acuerdo al registro de las cámaras de videovigilancia del lugar, minutos antes de las 9:00 Kevin P, un comerciante dedicado a la venta de automotores, bajo rápidamente de un auto azul oscuro y se acercó a Salinas propinándole una puñalada mientras lo empujaba hacia la vivienda, para luego salir corriendo hasta el automotor que lo esperaba a pocos metros.
El hombre fue intervenido quirúrgicamente por una laceración en el hígado y además tenía un corte en un brazo. Quedó internado en la UTI y su condición fue siempre reservada hasta que el lunes la fiscal informó que padecía muerte cerebral.
Kevin P. ya había atacado días antes a Salinas, empujándolo y efectuando disparos de arma de fuego, impactando en un vehículo de la víctima. El hombre radicó la denuncia y el 7 de septiembre Kevin fue a hablar con él para pedirle que la levantara, en ese momento llegó el hijo y le dijo que se retirara, esto enojó al comerciante que quiso entablar una pelea y amenazó a ambos hombres, para luego retirarse.
Según la investigación, esa noche junto con un empleado-amigo tuvieron festejos, que culminaron a la madrugada. Luego el primero pasó a buscar a su jefe quien subió al auto azul oscuro con un casco de motociclista que se colocó al bajar en la casa de Salinas, pero tenía una vestimenta y característica física que hicieron que la víctima lo identificara y pudiera decirlo a quienes lo asistieron cuando se desangraba en la puerta de su casa.
Horas más tarde Kevin P. se presentó en Fiscalía y tras imputarlo, quedó detenido. En tanto que ocho o nueve días después se presentó el empleado- amigo quien dio una versión que generó más dudas que certezas, con algunas lagunas en sus recuerdos y también se ordenó la prisión preventiva.