La comunicación y el periodismo en Venado Tuerto atraviesan un momento particular. Con el escenario concentrado en dos grandes medios, uno radial, LT29, la única AM, y el otro gráfico, El Informe, las posibilidades de circulación de voces, irrupción de propuestas creativas y discusión por fuera de los lugares comunes y las frases preconcebidas, se dificulta. La fantasía porteña llega a la ciudad imponiendo el modelo de comunicación de los grandes medios capitalinos. El objetivo es aumentar audiencias, correr detrás de las primicias, entretener. La consigna es modernizarse, logrando por momentos situación de impostura y desarraigo con la región.
La FM Explosión, de Marcelo Hervot, más conocido como el Marchu, es un ejemplo que rompe con ese esquema de los principales medios de Venado. En su radio están las voces de los barrios, un intercambio permanente y horizontal, que le permite poner el medio a disposición de causas solidarias, como si fuera un punto de multiplicación y difusión de lo que se dice por las calles y comercios de las barriadas venadenses. Es una de las tres radios más escuchadas, con una marcada presencia entre los laburantes y los sectores más humildes. Por eso es desdeñada y señalada por los otros medios, los que son de y para la gente del centro.
“Es la radio más popular, puede ser. Nos identificamos mucho con los barrios, porque siempre intentamos estar ahí ayudando a la gente. Vivimos historias muy lindas. Yo creo que uno tiene que haber vivido algunas cosas para ser solidario. Yo pasé necesidades. Yo lo tiró a la mañana y en quince o veinte minutos conseguimos desde 17 mil pesos para una nenita que tenían que operar, hasta sillas de ruedas, cosas muy locas”, comenta el Marchu.
Con una base musical en lo tropical, combinada con algo de folclore y latino, la radio de barrio Belgrano cumple 11 años en diciembre. “Yo empecé a laburar desde muy chico en una fábrica de calzado, en el Parque Industrial –recuerda-. Esto lo empecé a hacer por hobby. Después salieron propuestas, como en La Fábrica Bailable, después la radio de Taco. Se dio un sueño, los que yo escuchaba antes ahora están trabajando conmigo”.
La carrera por ser el medio más respetable y el imperativo del profesionalismo producen situaciones de falsificación que dejan al periodismo local como una resonancia devaluada de lo que pasa en los grandes medios porteños.
“Nosotros nunca salimos a competir con nadie. A la mañana estamos siempre haciendo jodas, y la gente llama y pregunta si no tenemos problemas. Pero el estilo es eso, para que puedan pasar un buen momento. La experiencia política también la encaré desde la parte solidaria. Pero me di cuenta que no es lo mío. Me dijeron que siga con la radio que ahí voy a ayudar mucho más. Disfrute la campaña, pero bueno, las cosas son lo que son”, dice el Marchu, que es uno de los barrios que hace radio para los barrios. Por eso conoce lo que está pasando, sabe de las necesidades y las demandas emergentes en este último tiempo: “está complicado, uno lo vive personalmente con los aumentos, imagínate los laburantes, que no les alcanza el mango. Uno no quiere decirlo tanto para no psicopatear a la gente, pero está complicado”, sintetiza.
