Si bien en definitiva podríamos pensar que toda poesía es política —así como existencial, religiosa, etcétera—, por lo que dice, lo que calla, o lo que manifiesta por vía de elipsis, lo cierto es que A las 7 en el sur hirviendo, de Lucas Paulinovich, se lee claramente como un libro de poesía social o, incluso, militante. Así, entiende su autor que «la palabra/ sigue siendo lucha».
Hay un grito, una queja incesante en estos textos, motivados por la opresión, la injusticia humana, pero que no eluden la angustia de raíz filosófica o amorosa. Nos dice así «a veces dan ganas/ de clavarle/ el freno de mano/ a la historia,/ que el mundo se vaya/ modestamente/ al carajo,/ así, sin vueltas». Como da cuenta Pablo Bilsky en la contratapa del volumen, «busca la palabra poética para decir la pesadilla de nuestro tiempo».
En las tres secciones en que se divide la obra —Amores, Guerras y Partes difusas— encontramos un sujeto lírico claramente identificado con el autor, que consagra la primera persona como el lugar desde donde tratar el universo poético. «No queda mucho más: esas son las unidades/ de mi medida, el ancho solitario/ de una palabra».
Se vislumbra también cierta tensión con la escritura y su material: «escribo/ no debería hacerlo». Nos señala también Paulinovich «cuánto bodrio cargan las palabras, ¿no?». En ese «no» final se advierte una búsqueda de complicidad con el lector, una interpelación —dice más adelante: «Sabés, al final no importa nada»—, la posibilidad de instalar una cercanía a través de la palabra.
En algunos textos aparecen las barras de separación internas de los versos, usadas también en la poesía de Gelman, una de las posibles influencias de Paulinovich —al igual que Julio Huasi, del que toma incluso el título del volumen—.
Una buena explicación —o poética— de este libro la encontramos en el poema titulado precisamente Poesía, donde expresa que «el mundo es demasiado feo y sucio y maloliente/ como para invocar el olor dulce de una rosa/ sin contar nada del que la arrancó del jardín/ y la lució después en el ojal».
En medio de esta lírica urgente también aparecen imágenes como «las formas de las nubes/ que intentan copiar la belleza» o «la luciérnaga hueca que me dice cosas/ al oído», que permiten sostener la voz comprometida del poeta.
Lucas Paulinovich colabora con la revista El Corán y el Termotanque, y este es su primer libro editado.