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La veterinaria tucumana que cumplió su sueño en Venado y lo agradece con una celebración popular este sábado

(PR/Andrea Acedo) Yoppens es una Clínica Veterinaria enclavada en la esquina de Quintana y Azcuénaga en nuestra ciudad. Cuenta con instalaciones amplias, iluminadas y cuidadas en donde todos los días reciben a sus clientes habituales, las mascotas de la casa. María Pía Caro Obeid es la doctora que atiende con paciencia y vocación a estos pacientes peludos, dándoles alivio a sus dolencias y confianza a los preocupados dueños.

 

Hoy miércoles esta clínica Veterinaria cumple cuatro años de vida y Pía en agradecimiento por todo el cariño y la aceptación recibida decidió festejarlo a lo grande. La celebración será este sábado en Plaza Italia desde las 14.30 hs. Habrá una instructora canina que va a hablar de cómo enseñar sin castigo a las mascotas. También asesorará sobre cómo llevarlos de paseo sin que estén tirando de la correa, sino que la mascota camine al lado de su dueño y respete y de cómo enseñarles los diferentes hábitos. También están previstos muchos sorteos importantes para la gente y las mascotas y en el cierre se va a presentar Gretel Folmer con “La Olga”.

 

La idea es que los perritos vayan con algún accesorio, disfrazados, hacerlos desfilar. La intención de Pía es devolver con la alegría de este evento todo el cariño y aprobación recibida en estos cuatro años de vida de la Veterinaria.

 

En la tarde de ayer nos encontramos en la esquina que alberga la veterinaria y hablamos sobre cómo la vida y la profesión la trajo a Venado Tuerto:

 

P.R. Pía, ¿de dónde sos? ¿cómo llegaste a Venado?

Pía. Soy oriunda de Tucumán, estudié en Esperanza (Santa Fe) y me recibí en el año 2013. Después me he ido a vivir a Sunchales, he trabajado ahí empezando de muy muy de abajo trabajando en una veterinaria en donde adquirí muchísima experiencia. Luego lo trasladan a mi marido acá a Venado Tuerto y nos venimos a vivir. En el 2018 abro la veterinaria.

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P.R. ¿Qué es lo que te llevó a estudiar Veterinaria?

Pía. Mi hermano es veterinario, el más chico es ingeniero zootecnista. Siempre me gustaron mucho los animales y, sobre todo, soy una apasionada de la medicina veterinaria. Me fascina.

 

P.R. ¿Cómo fueron tus comienzos en la profesión?

Pía. Siempre me rio y digo que yo no empecé de abajo sino del subsuelo. En Sunchales había conseguido casi de lástima media tarde, los miércoles en una veterinaria muy grande en dónde hacían grandes y pequeños animales y había un laboratorio. El veterinario de grandes animales hacía extracciones de sangre para control de Brucelosis y me ofrece si quería lavar los tubitos de sangre y como no tenía otra cosa acepté. Además, iba a un pueblo muy cercano a Sunchales, a 10 km. donde hacía peluquería en una piecita muy precaria, en donde habíamos hecho una bañadera con un tacho de 20 litros y ahí hacia peluquería dos veces a la semana en el pueblo. Un domicilio a las perdidas.

 

Mientras lavaba los tubitos de sangre, dos veces en la semana en el laboratorio miraba siempre la parte de pequeños animales deseando intensamente estar atendiendo ahí. Era un anhelo muy grande, sin embargo, no perdía de vista el objetivo y continuaba lavando los tubos. Cuando terminaba esa tarea me pasaba al sector de pequeños animales y me quedaba adentro del consultorio a aprender, limpiaba los caniles, ayudaba en lo que podía. Alrededor del año me proponen trabajar cuatro veces en la semana en esa veterinaria en donde yo aprendí un montón. Al tiempo me vengo a Venado, en donde empecé a trabajar en el garaje de mi casa. Yoppens es un sueño muy grande, nunca perdí el objetivo de los que quería, adonde yo quería llegar y que si bien lavar tubos me parecía poco propio de una veterinaria igual lo hacía porque no tenía otra cosa y me permitía aprender. Tengo claro que fue muy valioso para mi arrancar de abajo y apreciar cada pasito que daba y no ir perdiendo de vista el objetivo. Así comencé.

 

 

P.R. ¿En qué momento sintieron que tenían que poner la veterinaria?

Pía. Yo me especialicé en fisioterapia animal entonces en principio la idea era dedicarme solamente a Fisiorerapias, la Clínica me fascinaba, pero inicialmente la idea era trabajar para terceros como fisioterapeuta, para tener mi tiempo porque tengo dos hijas y no disponíamos de familiares acá para que las cuiden, estábamos solos en Venado. Mi marido es de Sunchales y es ingeniero agrónomo.

 

No lograba involucrarme, no podía conseguir trabajo. Entonces empecé en el garaje de mi casa. Ahí empiezo a hacer Fisioterapia y un poco el boca a boca, pero muy poco, me va ayudando a atraer clientes. Sin embargo, sentía mucha desolación, estaba disconforme porque yo quería más. Al verme así mi marido me propone poner la Veterinaria. Le digo sí inmediatamente. Empiezo a averiguar en inmobiliarias por algún local adecuado y me muestran este lugar. Cuando abrimos las puertas era una mansión, era tremendo. Con mucho miedo porque teníamos que apostar todos nuestros ahorros porque no era un local que yo entraba con un mostrador y algo armado. Tenía que entrar a construir. La verdad que nos miramos y dijimos acá tiene que ser y que sea lo que Dios quiera. Y gracias a él fue bien. Claro que me ha costado mucho tiempo adquirir clientes, que me conozcan, que me tengan confianza. Hoy en días las mascotas son unos hijos más entonces es mucha la confianza la que te tiene que tener.

 

Obviamente al principio me pasaba horas esperando que entre alguien. Otra cosa que me jugaba en contra era que no me conocía nadie, ni de nombre porque no soy de acá, no tenía amistadas, nadie que me recomendara. El boca a boca me fue ayudando. Encima después me agarra la pandemia en el 2020. Pero hoy miro atrás y siento que todo fue increíble, estoy muy agradecida con Venado Tuerto, es muy grato lo que recibo.

 

P.R. ¿Cuáles son tus ideas a futuro?

Pía. Pienso quedarme en Venado, apuesto muchísimo a esto. La idea es que la Veterinaria crezca aún más, porque siempre tengo ideas nuevas, soy muy inquieta. Además de la especialización en fisioterapias que tengo, también luego me especialicé en dermatología porque quiero ir sumando servicios.

 

Después hay un oftalmólogo que viene una vez al mes también y la idea es ir agregando cosas. Lleva su tiempo, pero siempre estoy pensando qué más puedo hacer.

 

 

P.R. ¿Te han traído animales exóticos al consultorio?

Pía. He tenido animales exóticos para atender. No es en lo que me especializo, pero llegaron chanchitos de la india, cobayos, tortugas, siempre hay. Pero sobre todo perros y gatos.

 

P.R. En estos años habrán pasado por muchas situaciones especiales, ¿recordás alguna en particular?

Pía. Una vez me trajeron un perrito a bañar y nos confundimos cuando lo fueron a buscar y le dimos a la dueña el perro equivocado. Se trataba de dos Caniches pero uno era más grande que el otro. La cosa es que le dimos el que no era y la señora no reaccionaba, sólo nos dijo que ese collar no era de él, pero nada del perro. Atinamos a sacarle el collar y la señora seguía extraña. Le preguntamos si estaba segura que era su perro y no lo sabía, hasta que pudimos por fin darle su perro.

 

Otra anécdota fue que una noche me llaman fuera de hora, tipo 22.30 porque tenían una urgencia con un perrito que estaba en medio de la calle y si lo podía ver. Les digo que me lo traigan a la veterinaria ya que me decían que tenía fracturas en las patas delanteras. A los 5 minutos me llaman y me dicen que el perro era malísimo, que los quería morder, que era imposible llevarlo, les digo que le pongan un bozal. Al rato me dicen que pudieron ponerle el bozal y que lo traían. Cuando llegan y lo ponen en la camilla, me doy cuenta que ¡era un Zorro! Les digo: ¿ustedes saben lo que están trayendo a la veterinaria? Esto no es un perro y no es un cruza Siberiano como me habían dicho que era, es un zorro. Se sorprendieron y les comuniqué del peligro que era tener un zorro. El tema es qué hacíamos con él. Igual quedó internado por el estado de sus miembros delanteros y después se derivó porque al ser un zorro corríamos peligro nosotros y los demás internados. Era imposible manipularlo. Tuvimos que hacerle un collar especial y, a lo lejos, ponerle un inyectable intramuscular para sedarlo y trasladarlo. Lo cómico fue que me dicen tenemos un perro y resulta ser que era un zorro.

 

P.R. ¿Por qué elegiste ese nombre para la Veterinaria?

Pía. Por su significado. Yoppens es compañero es tehuelche.

 

P.R. ¿Qué significa para vos el evento del sábado?

Pía. Este evento lo vengo planeando desde hace meses atrás. Quiero hacer algo para la sociedad. Que marque mi intención y que les guste a todos, es una forma de agradecimiento por tanto afecto que me dieron porque al no ser de acá es todo más duro, más difícil y he tenido una aceptación muy grande. Es eso, agradecer y festejar los 4 años de la Veterinaria, que por ahí no son muchos, pero para mí es un montón porque empecé de muy abajo. Es todo un logro para mí y tengo que festejarlo con la gente de Venado.

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