(PR/Norma Migueles) El viernes por la mañana, cuando la guardia de la Alcaidía de Melincué realizó el relevo de los detenidos alojados en la repartición comprobó que faltaba uno de ellos. Al parecer y según información de fuentes confiables, en el relevo de la noche todos los reclusos estaban en su celda. El recluso fue recapturado el mismo viernes por personal de la Comisaría 12 de Venado Tuerto.
No habría ventanas forzadas, ni vidrios rotos. Luis E. de 38 años de edad se esfumó en la noche y por ahora las explicaciones las analiza Asuntos Internos.
De no hallarse algún indicio de violencia que haya permitido el escape, implica que no hay delito, por lo tanto, los investigados y pasibles de ser sometidos a la mano de la justicia son los encargados de la custodia.
¿Cómo y cuándo se fue de la cárcel? ¿Halló puertas abiertas? ¿Por dónde salió? ¿Tuvo algún cómplice que lo esperaba en algún lugar y horario pactado? Todo es por ahora un secreto envidiado seguramente por otros reclusos que continúan sus días en el deteriorado edificio, ya que Luis E. por escapista fue trasladado a una prisión de Rosario.
El sujeto fue detenido ese mismo día por personal de Comisaría 12 que patrullaba por zona suburbana en Venado Tuerto, cuando andaba caminando junto con su novia de 18 años, quien precisamente lo fue a visitar el día anterior a la Alcaidía.
La detención
Aproximadamente a las 15 del viernes, el titular de la Comisaría 12 Sergio González, y personal de la repartición mientras realizaban recorridos por la zona suburbana en busca del prófugo, al transitar por Sarmiento observaron que por la calle iban dos personas, quienes al notar la cercanía del móvil intentaron esconderse en la maleza.
El personal se acercó constatando que era el prófugo y una mujer, por lo que solicitó apoyo a personal femenino de Comando Radioeléctrico. Ambos fueron trasladados a sede policial.
Por orden de la fiscal de Melincué, Susana Pepino, el recluso fue alojado nuevamente en la Alcaidía, en tanto que a la joven se le formó causa por encubrimiento.
