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«Lo vivido me ha enseñado a creer en el ser humano»: es cubano y hace 26 años eligió Venado Tuerto como su ciudad para ver crecer a su familia

(PR/GiulianaGhignone) Orestes Timoteo Peralta Díaz nació un 19 de diciembre del año 1953 en la Ciudad de la Habana y los caminos lo llevaron a vivir hace 26 años en Venado Tuerto, donde pudo continuar su vida, formar una familia, aunque siempre expectante de lo que sucedía en su país. Hoy es un reconocido masajista y músico de la ciudad.

Recordando su vida en Cuba, siendo parte de un momento histórico como lo fue la Revolución Cubana Orestes recuerda “mis padres, también de origen cubano, nos criaron en un barrio pobre y con las dificultades que existía en aquel momento por su condición social y además por ser negros. Antes de la Revolución cubana(1959) ese segmento de la población que había ingresado al país a partir del siglo XVIII desde el continente africano, fue esclavizada y lo habían establecido como seres inferiores y predestinados a la servidumbre y al trabajo físico para el beneficio de la clase pudiente. Dentro de ese contexto histórico, de cambios vertiginosos y profundos revolucionarios en especial los sociales, estudié en una escuela pública hasta que a finales de la década de los 60 comencé la carrera magisterial. Llegué a recibirme y ejercer como: «Maestro de enseñanza general politécnica y laboral, en la docencia. Posteriormente pude licenciarme en Defectología, en la especialización:» Trastornos de la conducta de niños y adolescente»dentro del subsistema de enseñanza especial.

En los 90’ a partir de un contrato laboral, Orestes viajó a Argentina y se instaló en Venado Tuerto pero al finalizar el período de tiempo previsto decidió que este sería el lugar para continuar su vida junto a su mujer Claudia y cuatro de sus hijos, Yasser, Rosario, Habana y Amira. Yamila, su primer hija aún vive en Cuba.

“Mi vida en Cuba fue con cambios constantes, de aprender a sobrevivir en un medio que se entremezclaba entre la vida emprendedora de cualquier familia trabajadora, con buenos ejemplos de honestidad y valores sociales acordes a nuestro sistema socialista, donde lo social está por encima de lo particular, donde lo poco que se produce se reparte entre muchos, por eso toca menos y las constantes hostilidades y agresiones militares,económicas,deportivas,culturales,espirituales,financieras,comerciales y de bloqueo inhumano ( sostenido durante más de 60 años) por parte de los gobiernos de los Estados Unidos” relata.

Por supuesto, las experiencias de vida no son en vano y dejan enseñanzas, cicatrices y formas de enfrentar la vida, en su caso Orestes cuenta que “ha ido conformando un criterio de subsistencia y de esfuerzo extra para poder alcanzar cualquier objetivo en mi vida. Me ha condicionado para cuidar a mi familia, sin perder la confianza y la sonrisa, las ganas de crear y de creer en los seres humanos”.

El desarraigo no es un tema menor para cualquier persona que decida incluso irse a vivir a otra provincia, en su caso al encontrarse con Claudia, su actual esposa, este proceso fue más sencillo “ella sentía identificación con Cuba. Eso facilitó que pudiéramos hacer proyectos comunes y continuáramos el trabajo que otros venadenses habían iniciado con el movimiento nacional; «Casa de la amistad cubano-venadense»”.Además, cuenta que desde que se popularizó internet la comunicación con quienes quedaron a cientos de kilómetros de distancia se ha facilitado “antes era por carta y debía esperar un mes para tener noticias de mi familia”. Además, ha podido viajar para disfrutar de su hija, nieta, hermano y otroas familiares. “Mi última visita al país fue para ayudar a recuperar a mi madre que estaba en un estado físico-mental desfavorable y que felizmente pude contribuir en su recuperación. Lo que no pude hacer en el 2000 que mi padre me precisaba y no se podía viajar”.

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