El santafesino Horacio Rosatti, abogado egresado en tiempo récord de la UNL, puede exhibir un interesante currículum: intendente de la capital provincial en los ’90, después de haber sido promovido en la política por Obeid y Reutemann; convencional constituyente en 1994 y protagonista de la Comisión Redactora de la Constitución que rige nuestros destinos como país; ministro de Justicia en la primera parte de la gestión de Kirchner; actual presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, órgano al que llegó por un decreto de Macri apenas comenzada la gestión de Juntos por el Cambio.
Claramente, no es un argentino de a pie, sino alguien con poder e influencias. Que vive en Buenos Aires, pero tiene un apellido que pesa en la ciudad que lo vio crecer, esa capital de provincia que históricamente le guarda un lugar de privilegio al patriciado y a los representantes de ese círculo rojo vinculado al poder estatal, gobierne quien gobierne.
En este verano hubo un Rossati que fue protagonista de un escándalo, pero no fue el juez de la Corte sino uno de sus hijos, Emilio. También abogado, con cargo como secretario en el Tribunal Oral en lo Criminal de Santa Fe, uno de los retoños del presidente de la Corte Suprema de la Nación protagonizó un incidente vial cerca de San José del Rincón, que tuvo un final bastante particular.
El hecho ocurrió en la madrugada del 8 de enero, cuando conducía por el kilómetro 4 de la Ruta Provincial N°1 y fue retenido su vehículo para solicitarle un control de alcoholemia.
El test de Emilio Rosatti dio positivo, con 2,24 de alcohol en sangre. Episodio que para cualquier hijo de vecino, hubiese significado terminar con el auto en un corralón. Sin embargo, la Brigada Motorizada de la Agencia de Seguridad Vial decidió para Rosatti una solución inhabitual: lo escoltaron hasta su domicilio y le permitieron dejar el auto en su propia casa.
La explicación que dio el intendente de San José del Rincón, Andrés Sopérez, fue que el municipio carecía de grúa para el traslado y que el corralón local estaba tapado de autos. Pero las excusas no conformaron a Compromiso Vial y otras 30 organizaciones que presentaron un petitorio al Consejo de la Magristratura solicitando que se rechacen los pliegos que el hijo de Rosatti había presentado en el concurso en el que aspiraba a ser juez federal de la ciudad de Santa Fe.
Recién cuando hubo repercusión pública del incidente y del pedido de las ONG vinculadas a la Seguridad Vial, el hijo del presidente de la Corte Suprema bajó sus pretensiones de ser juez federal. Antes, en marzo de 2021, había protagonizado un incidente similar en la misma ruta: había dado positivo con 1,44 g/l de alcohol en sangre.
Mariana Sena, de la Asociación Civil Compromiso Vial le dice ahora a Red Boing: “Nosotras hicimos un escrito que tuvo muchísimas adhesiones, se juntaron firmas y se presentó una carta al Consejo de la Magistratura. Él retiró el pliego cuando el escándalo tomó dimensión pública, pero lo apropiado hubiese sido que el organismo que debía evaluarlo se manifieste, que rechace su postulación. No lo hicieron, porque actúan como una especie de cofradía”.
La carta que había presentado Compromiso Vial apuntaba que “las gravísimas faltas en las que Emilio Rosatti ha incurrido son contrarias y opuestas a las conductas y valores que el sistema judicial debe fomentar, cuidar y promover es que solicitamos la certera y pronta intervención de este órgano colegiado en pos de resguardar los intereses de la comunidad y fortalecer el estado de derecho”. Además, el texto mencionaba los antecedentes del hijo del presidente de la Corte Suprema de la Nación, en materia de violencia de género.
Ahora, si alguna ONG o ciudadano decide insitir con el pedido, se daría la siguiente situación: papá Horacio debería revisar la conducta de su hijo Emilio, porque desde abril pasado Rosatti padre es el presidente del Consejo de la Magistratura, evidenciando ductilidad para la acumulación de poder.
La presentación por violencia de género
Como se dijo, Emilio Rosatti tiene también una presentación judicial hecha por su ex pareja, por violencia de género. En el relato, la mujer describe cómo el matrimonio se fue degradando en la medida en que su entonces marido seguía adelante con una relación paralela “con la esposa de un compañero de trabajo suyo”, afirma el escrito que llevó la firma del doctor Domingo Rondina.
El affaire extramatrimonial de Rosatti hijo, según la denuncia, comenzó cuando su mujer estaba con tres meses de embarazo. Inmediatamente, la víctima describe que hubo tres episodios graves: “El primero sucedido el 15 de noviembre de 2019, luego de celebrar el cumpleaños de su madre, el Sr. Rosatti estaba en notorio estado de ebriedad y entre medio de gritos e insultos injustificados hacia mi persona, azotó la cuna de M. con ella adentro varias veces”. Esa noche, el agresor fue echado de casa por su esposa y su suegra. Volvió varios días después
Otra de las situaciones que revela la demanda judicial es un encuentro entre Rosatti hijo con dos compañeros suyos de trabajo: Clorinda M y Joaquín R. “Al bajar a buscar una botella de agua, noto que la luz del estudio seguía prendida y escucho una situación espeluznante, que ninguna mujer podría tolerar de su pareja y padre de su hija, lo que era en principio una simple reunión de ex compañeros de trabajo, resultó ser una especie de encuentro sexual grupal y virtual. Al irrumpir y descubrir ese espantoso escenario, el reaccionó violentamente insultándome y empujándome“.
Unos minutos después, según la denuncia, el demandado sacó de la cuna a su hija y la tiró contra la cama matrimonial. “Esa noche fue el punto final de mi tolerancia”, señaló la denunciante. Pero en lugar de irse, Rosatti le gritaba a su esposa que llame al 911, porque la “iba a matar”, siempre según el relato de la denunciante a la justicia. Al día siguiente y en presencia de la mujer que trabajaba como niñera para la familia, el denunciado accedió a irse del hogar.
En agosto de 2020, cuando ya la pareja se había separado y se había establecido un régimen de visitas para la hija en común, se produce una discusión en la puerta del domicilio de la ex mujer de Rosatti. La madre de la niña notaba que cada vez que la pequeña volvía de estar con su papá, llegaba llorando. Y entonces le hizo una advertencia a su ex marido, que reaccionó con violencia y pegándole una patada a su ex. La situación derivó en un llamado al 911 y la intervención policial. De allí surgió una medida judicial, previa inspección médica a la víctima, que estableció una distancia de 100 metros obligatoria para el hijo del presidente de la Corte.
La denunciante también pidió una medida al Departamento de Toxicología, a los fines de verificar si su ex marido estaba bajo los efectos de estupefacientes. “Si bien lo he visto en actitudes violentas en reiteradas oportunidades, rompiendo cosas de la casa y/o empujándome a mí, jamás imaginé que podría poner en peligro la vida de mi hija”, plantea el texto de la denuncia.
La denuncia contra Rosatti (padre) por enriquecimiento ilícito
Otro tema que incomodó al actual presidente de la Corte Suprema de la Nación fue la causa por presunto enriquecimiento ilícito que se había abierto en su contra, para investigar su conducta durante 2004 y 2007. El tema había surgido por una denuncia anónima que un fiscal federal desestimó en su momento: fue Gustavo Onel, a cargo de la Fiscalía N°1.
Como informó el colega Juan Carlos Tizziani en Rosario12, primero Onel entendió que la eventual acción penal contra Rosatti ya había prescripto y luego pidió el sobreseimiento de Rosatti. Antes otro fiscal federal, Fernando Arrigo, había planteado que la causa debía seguir adelante.
El juez Reinaldo Rodríguez, en ese marco, se opuso al archivo del tema y ordenó investigar a Rosatti, que lo recusó ante la Cámara de Apelaciones porque temía que hubiera “parcialidad”. La argumentación del titular del máximo órgano judicial del país se basó en el antecedente de otra denuncia anónima, de 2018, pero no en contra suyo sino de su hijo Emilio.
Como en aquella causa contra su hijo también había intervenido el juez Rodríguez, para Rosatti podía haber una especie de animadversión contra la familia. El primer fallo sobre este tema fue de la Cámara Federal de Rosario, que en voto dividido planteó que lo solicitado no encuadraba en las causales de recusación.
Pero Rosatti insistió con su pedido de no ser investigado judicialmente, hasta que en marzo de este año logró la decisión de la Sala 1 de la Cámara de Casación Penal, que sacó al juez Rodríguez de la causa. Por este tema, el diputado provincial Carlos Del Frade presentó en esos días un Proyecto de Declaración en la Legislatura provincial.
En su presentación ante la Legislatura, Del Frade instó a sus pares a sumarse a la preocupación ante la decisión de la Cámara Federal de Casación Penal de apartar al juez Rodríguez de la investigación por presunto enriquecimiento ilícito de Rosatti. “La medida parece a medida de los intereses personales del máximo referente de la justicia argentina y contraria a la necesidad de profundizar la independencia del Poder Judicial”, mencionó el diputado, que reivindicó además la lucha por “la transparencia y la eliminación de privilegios”.
En el mismo proyecto, Del Frade recordó cuál era el contenido de aquel escrito anónimo contra el ahora presidente de la Corte Suprema de Justicia: “La denuncia anónima que apunta a Horacio Rosatti indicaba que funcionarios cercanos al ex intendente de Santa Fe entre 2003 y 2007, Martín Balbarrey, «debían desprenderse de parte importante de su sueldo para afectarlo a un fondo de dinero cuyo destinatario y beneficiario» era el hoy presidente del Máximo Tribunal de la Nación“.
La causa se había iniciado por una denuncia anónima, pero luego involucró nombres propios. Carlos Vera llegó a declarar lo siguiente: “Fui chofer del ingeniero Martín Balbarrey y por orden de su secretaria privada, me daba un sobre con dinero que yo lo llevaba al domicilio del Dr. Rosatti todos los meses. El domicilio al que yo llevaba el dinero quedaba en Urquiza, casi llegando a Lisandro de la Torre, como yendo hacia el sur, en la vereda izquierda. El sobre lo recibía a veces un empleado y a veces él. Eso sucedió durante cuatro años, todos los meses. No sé de dónde venía ese dinero. El sobre estaba cerrado, pero me daba cuenta que era dinero, no tengo dudas”.
¿Por qué existiendo estos datos la investigación no avanzó y se decidió apartar al juez? Porque a veces en esta provincia -como escribió el Indio Solaria y cantó Luca Prodan-, “mejor no hablar de ciertas cosas”.
Una de las mellizas, en el Tribunal de Cuentas Provincial
El juez Rosatti tiene otros tres hijos además de Emilio: Mariano, Lucila y su melliza Mercedes. Esta última, es empleada de planta del Tribunal de Cuentas provincial desde octubre de 2019, cuando ingresó por el mecanismo de presentación espontánea de currículums.
“Un artilugio mediante el cual una comisión ad hoc, creada especialmente para ese único fin, designa gente sin más trámite que elegir entre un listado de personas que de forma espontánea se presentan buscando trabajo en el Tribunal de Cuentas. Generalmente son amigos o familiares de los vocales y de políticos santafesinos. Sin relaciones, no se ingresa“, revela a Red Boing una fuente con acceso a la información del organismo, que pide reserva de su nombre por temor a represalias.
A la Comisión Ad Hoc la presidió el propio presidente del Tribunal de Cuentas, Oscar Biangioni. En el acta interna del TCP labrada el 17 de octubre de 2019, Día de la Lealtad, se establece que “habiendo tomado conocimiento de lo planteado por los Jefes de Áreas del Organismo respecto de la necesidad de cubrir tareas de carácter extraordinario y eventual que no pueden ser realizadas por el personal permanente en razón de ceses por jubilación ordinaria dispuestos en los últimos meses se verifican los extremos previstos en el artículo 8º de la Ley Nº 13608, aprobatoria del Estatuto del Personal del Tribunal de Cuentas de la Provincia, para la incorporación de Personal Transitorio”.
En esa lista estaba, entre otras, Mercedes Rosatti, con una particularidad: según información a la que pudo acceder en exclusiva Red Boing, la joven hija del presidente de la Corte Suprema, nacida en 1992, se recibió de contadora recién un año después de haber entrado al Tribunal de Cuentas. Es decir, ingresó por su currículum al organismo que debe controlar las cuentas públicas en la provincia, cuando apenas era una estudiante universitaria. Su acto de colación fue el 3 de diciembre de 2020, en un acto que se celebró en el Paraninfo de la UNL.
En pareja con el empresario Mariano Boz, integrante de la Federación Argentina de Expendedores de Nafta del Interior (FAENI), Mercedes celebraría su casamiento en un coqueto salón de la capital provincial, en septiembre de 2021. La revista Caras ilustró la nota con elgantes imágenes del evento y una nota biográfica sobre el presidente de la Corte Suprema, padrino de la boda.
En esa oportunidad, la publicación describía a Rosatti como un hombre de perfil bajo, notable recorrido académico, prolífico escritor, coleccionista de rarezas e hincha fanático de Boca. Pero ni una línea sobre lo que se publica en este artículo de Red Boing.
Fuente: RedBoing