Sobre la curva de Pastorino, ubicada en el kilómetro 354 de la ruta nacional Nº 8, a pocos kilómetros de Venado Tuerto, existen algunos mitos que sorprenden a propios y extraños. El más fuerte es el que sostiene que allí suceden accidentes extraños, muertes raras. El historiador, además de abogado, Roberto Landaburu, no descarta esa teoría y hasta incluso aseguró que habló en persona con varios accidentados en ese lugar y todos coincidieron en destacar que veían como cruzaba un ganado arreado por indios frente al auto para posteriormente despistar. En muchos casos con saldos luctuosos.
La curva Pastorino se denomina así popularmente porque a pocos kilómetros de allí había una estación de servicios muy conocida en el sur de Santa Fe que pertenecía a los hermanos Pastorino, de Venado Tuerto. Fue muy lujosa y exitosa y se mantuvo varias décadas en la consideración favorable de los viajeros que circulaban por la ruta 8; una arteria nacional de las más importantes del país. Cerró a mediados de los año 90 y hoy se puede divisar lo que quedó de su imponente silueta, dibujada entre los «yuyos».
Fue precisamente el escritor e historiador Roberto Landaburu quien denominó a esa curva cerrada como «la de Pastorino». «Los indios ranqueles debían llevar su ganado a la provincia de La Pampa y cruzaban con caballos y vacas desde el Fortín el Hinojo (ubicado en aquel tiempo en cercanías de la curva) hasta los fortines que estaban ubicados en Villa Cañás, Teodelina, por esa zona que estaba cubierta por lagunas en todo el trayecto que servía para darle de beber a los animales», contó Landaburu.
El mito popular sostiene que en ese lugar se producen accidentes inesperados y extraños porque «se les cruza en el medio de la curva un misterioso malón que viene arreando vacas». Esto indefectiblemente complica la visibilidad de los automovilistas que terminan en la cuneta, o en el peor de los casos chocando de frente contra otro vehículo.
Claro está que nunca se produjeron concretamente accidentes en esa curva con vacas que cruzan por la ruta a la altura del kilómetro 354. Pero sí hay referencias de automovilistas que sostienen que vieron cruzar vacas arreadas por indios y que esa situación es la que produce los accidentes. Al menos eso aseguró Landaburu, quien próximamente editará un libro sobre este tema y otros referidos a la historia de la región.
Para la periodista Norma Migueles, del semanario venadense Pueblo Regional, «hay una leyenda local que dice que los que sufren accidentes antes de la curva ven que se les cruzan caballos y al tratar de esquivarlos despistan. Al parecer había una comunidad de nativos en lo que hoy sería el camino de ingreso al Hinojo desde la ruta y los niños y mujeres fueron masacrados cuando los hombres salieron a cazar».
Esa es otra teoría que no tiene la fuerza de la anterior pero circuló de boca en boca durante algunos años. La matanza de indios por parte del «hombre blanco» generó malestar en los espíritus de los aborígenes y por eso es que a modo de venganza los caballos y vacas junto al malón se cruzan en plena curva produciendo accidentes; muchas veces fatales.
También hay una versión que indica que por la maldición de los aborígenes asentados en ese lugar, jamás se pudo inaugurar un motel que comenzó a construirse en 1977. El «casi» motel de Pastorino estaba en plena curva, hacia la derecha viniendo desde Buenos Aires a Venado Tuerto. Otra versión, la más insólita, es que el motel nunca se inauguró porque una vez terminado se comprobó que las puertas de los vehículos que ingresaban no podían abrirse. (ver Leer más: Secretos sobre…)
Testimonios
Según Roberto Landaburu, varias personas le confiaron a él la anécdota del malón cruzando la ruta aunque también hay otra versión, de la que el historiador no da tanta fe, que es la de un comisario que se para en el medio de la curva montado en un imponente caballo y que los automovilistas al intentar esquivarlo «van a parar a la cuneta, en el mejor de los casos sin consecuencias graves».
«En esa curva se produjeron innumerables accidentes y muchos de ellos luctuosos. Con los que pude hablar personalmente refieren lo mismo. En algún momento la vista se torna nublosa y se pierde el sentido de la ruta cuando observan además que varios indios cruzan arreando ganado. Esto obviamente produce un despiste que termina en el campo y que muchas veces los hace chocar o volcar. Por eso hubo tantos muertos en ese lugar», reseño el historiador venadense.
El escritor dijo que en su próximo libro va a incorporar nuevos testimonios de personas que charlaron con él y le contaron hechos raros, misteriosos en torno a la curva de Pastorino. «En mi próximo libro, que calculo que será el último, voy a relatar casos de personas que me contaron que se les apareció una especie de malón arreando ganado y que eso hizo que tuvieran el accidente. Los de ahora son relatos de casos recientes pero ya vengo escuchando testimonios desde hace varios años», aseguró Landaburu.
Finalmente, aclaró: «A mí me consta la charla que tuve con varias personas de distintos lugares que me dijeron lo mismo y sin fisuras en el relato. Si me preguntás, te diría que no vi nada ni experimenté nada pero como se dice <Las brujas no existen, pero que las hay, las hay».
Fuente: La Capital