(Nota publicada en segunda edición de septiembre de PUEBLO Regional)Semanas atrás visitó Venado Tuerto, el economista más mediático de estos tiempos: Tomás Bulat. El también periodista estuvo en la ciudad el pasado 17 de septiembre para brindar una conferencia sobre economía argentina titulada “Fin de ciclo, corrección y despegue». La actividad, organizada por el Foro de Participación Ciudadana de Venado Tuerto, con entrada libre y gratuita, reunió en el Salón Victoria a casi mil personas.
Como ya es costumbre, el analista que se declara “economista de profesión. Periodista de oficio. Docente de alma”, realizó un diagnóstico apocalíptico sobre la situación del país y los, supuestos errores cometidos por el Gobierno nacional para llegar a este “fin de ciclo”. Al mismo tiempo, como ocurre con todos los gurú de la macroeconomía abogó por un achicamiento del Estado. Es decir, una vez más cortar el hilo por lo más delgado.
Algunos datos que permiten conocer el perfil de este personaje y el por qué de su orientación político-económica, se pueden conseguir a través de su currículum vitae. Allí se detalla que es Master Science in Economics
Queen Mary and Westfield College & ILAS-University of London (1995/1996), graduado en Comercio Exterior Fundación Banco de Boston (1991), realizó un postgrado en Desarrollo Económico en la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ – IDI) (1989), y es economista recibido en la Universidad de Buenos Aires (1988).
Una de las cosas que Bulat y los medios que lo palanquean olvidan citar es que el ahora antiestatista economista formó parte del gobierno de la Alianza administrando el Fondo Federal de Capacitación (Foncap) que dependía del Ministerio de Desarrollo Social conducido por Graciela Fernández Meijides.
Este hombre que ahora apunta contra el gasto público “excesivo” del kirchnerismo fue citado a declarar por el juez Rodolfo Canicoba Corral en diciembre de 2005, junto a otros 24 acusados por presuntas irregularidades cometidas entre 1997 y 2003 en el manejo de un ente encargado de otorgar créditos blandos a microempresas.
Según ex compañeros del ahora economista estrella del antikirchnerismo, Bulat “era el cancerbero del Cecilia Felgueras (en 1999 fue interventora de PAMI) y manejó el Fondo Federal de Capacitación (Foncap), que movía sin control y quedaron grandes dudas sobre posibles irregularidades”.
La causa conducida por Canicoba Corral se inició por una denuncia de la Oficina Anticorrupción (OA) elaborada sobre la base de varios informes de auditoría de la Sindicatura General de la Nación (Sigen). En el pedido de indagatoria del fiscal se destacaron como posibles anomalías “la ausencia de presupuestos anuales del Foncap, gastos por encima de lo autorizado, contratos irregulares, viajes al exterior sin las debidas rendiciones de cuentas, el favorecimiento de una fundación y el pago de honorarios a los directores por encima de lo estipulado”.
El fiscal Guillermo Marijuán indicó que la Foncap contaba con una «estructura organizacional sobredimensionada». Por ejemplo, entre 1997 y 1999 sólo se realizaron 15 operaciones de crédito, pero al final de ese período el organismo contaba con 13 directores titulares y 21 empleados. Cabe imaginar que Bulat denunció ese sobredimensionamiento del Estado.
Respecto de los préstamos mal otorgados, la denuncia señala que la Fundación Emprender, dueña de buena parte de las acciones de Foncap, recibió entre 1997 y 1999 el 55 por ciento de los créditos.
Además de Tomás Bulat, Canicoba Corral indagó en 2005 a los ex directivos del Foncap Juan Bautista Peña, Gabriel Herrero, Elías Figueroa, Pablo Maggioli, Jorge Repetto Aguirre, Eduardo Sanguinetti, Laura Fedi, Gonzalo Menéndez, Sergio Guillaumet, Héctor Bertucci, Luisa Zorraquín de Marcos, Michael Chu, Patricio Zavalía Lagos, Juan Bautista Zitti, Pablo Bourlot y Raúl Zavalía. También fue citado a declarar ante el magistrado Juan Carlos Padilla, director de la Fundación Emprender.
En la investigación se cuestionan, además, varios contratos del Foncap. Como ejemplo, en 1998 se pagaron 70.800 pesos de honorarios por asesoramiento a Juan Bautista Peña, director del ente, que además cobraba entre 8500 y 9200 pesos de sueldo por mes. «Por otra parte -dice el dictamen del fiscal- en febrero de 1999 se otorgó un aumento de sueldos al personal de planta permanente de la entidad, sin que se haya observado la existencia de alguna autorización por parte del directorio.»
El suicidio de Favaloro
Tomás Bulat además de su brillante presente, tiene un pasado gris. Espero que todos recuerden al médico cardiólogo más importante que dio el país, René Favaloro, que se suicidó el 29 de julio de 2000. La Fundación Favaloro se encontraba en una difícil situación, endeudada en unos 75 millones de dólares, por lo que Favaloro pidió ayuda al gobierno argentino, sin recibir una respuesta oficial. De hecho, la carta que le envió al ex presidente Fernando de la Rúa, nunca fue abierta. En la misiva expresaba su cansancio de «ser un mendigo en su propio país» y le solicitaba ayuda a De la Rúa para recaudar fondos para la Fundación.
En una carta fechada el 22 de junio de 2000 Favaloro expresó: «Estoy pasando uno de los momentos más difíciles de mi vida: la fundación tiene graves problemas económico-financieros», y precisó: «Se nos adeudan dieciocho millones de dólares».
De los 18 millones de dólares adeudados, más de 10 millones correspondían a facturas impagas de obras sociales sindicales y empresas de medicina prepaga. De todos modos, los mayores deudores eran el PAMI y el IOMA, en ese orden.
El actual economista estrella señaló por esos días que «el PAMI todavía no tiene verificada esa deuda y precisamente en las próximas horas tenemos prevista una auditoría en la Fundación Favaloro para determinar si corresponde pagar». Tomás Bulat ocupaba en ese momento el cargo de jefe del área del PAMI encargada de esos pagos. La suma que reclamaba la Fundación era de 2 millones de pesos, correspondiente a prestaciones de entre 1993 y 1995.
“Todos tenemos un muerto en el placard”, afirma el dicho popular. Tomás Bulat parece tener varios. La sonrisa perfecta, el buen vestir y el poder de su labia encandila a muchos. Conocer su pasado tal vez sirva para decidir hasta que punto creerle al nuevo gurú de la economía nacional…
Lame hable que jodan y no respeten a los muerto! Investiguen a los vivoos que si se pueden defender y que devuelvan lo robadoooo
Hay muchas inexactitudes en este artículo pero tal vez el mayor pecado de Bulat fue contratar a 20 ñoquis, gente que nunca iba al fondo fiduciario ni desempeñaba función específica porque él, como presidente debía trabajar ad honorem, tal como lo establecía el estatuto. El informe de la Sigen era de pésima calidad técnica, poco objetivo y muy tendencioso. Otro aspecto relevante era operar con una mesa de dinero, transacción ajena e innecesaria para dicho fondo.
la nota esta fechada en 2014, de todas maneras , siempre se dice «Todo Vuelve» ….