Los trabajadores de La Anónima destacaron su preocupación ante un panorama que se muestra sumamente complicado. Tras la clausura del establecimiento luego de encontrar carne en mal estado preparada para ser vendida y la posterior aparición de casos de gente intoxicada tras consumir los productos del local, los empleados explicaron mediante un comunicado que quedaron atrapados en medio de una situación de la cual son ajenos y que terminan pagando el costo de una negligencia empresarial.
La posición dura que adoptó la Municipalidad facilitó que se confundieran los niveles de responsabilidad en los hechos y muchas personas manifestaron su repudió a los trabajadores, como si estos hubieran estado al tanto de lo que acontecía. Los empleados que hoy están en su casa aclaran que los responsables directos de las áreas implicadas fueron echados y que los demás integrantes del personal no conocían lo que acontecía en los demás sectores.
“Queremos hacerle llegar a nuestro vecinos, familiares y amigos la situación que estamos pasando”, inicia el comunicado que difundieron, y continúa: “nosotros ya dejamos la sucursal en óptimas condiciones de higiene y con mercadería para reabrir las puertas y recibirlos como todos los días, somos muchos los empleados que no solo abastecemos a gran parte de la ciudad y recibimos a gente de todos los pueblos vecinos, sino que nos ganamos nuestro sueldo día a día para mantener a nuestras familias y hoy nos vemos afectados”.
La reacción de una parte de la población venadense fue pedir que la firma se vaya de la ciudad. Sin embargo, los empleados piden seguir trabajando. En la actualidad, continúan cobrando el sueldo, pero desde la empresa le avisaron que, si avanzan las trabas, la firma se irá de la ciudad. Las autoridades les explicaron que están a la espera de la autorización municipal en el marco de la negociación por las multas que deberán abonar.
Los trabajadores están a la espera de la resolución de esta situación, quedando en medio de una disputa entre la empresa y la municipalidad, donde terminan siendo utilizados como factor de presión.
“A pesar de que todo está legalmente encaminado y la sucursal cuenta con todas las condiciones para poder abrir las puertas y seguir trabajando, lo que está impidiendo que esto suceda es el precio de la multa que sube abismalmente todas las semanas. Somos alrededor de 80 familias que nos estamos por quedar en la calle si la sucursal no abre sus puertas en los próximos días”, indican los trabajadores, e interpelan al gobierno local: “¿Qué opinan las autoridades de dejar a tantas familias sin trabajo en un momento histórico como el que estamos viviendo? Queremos que nos escuchen y nos aseguren nuestros puestos de trabajo”.
