Matko Barbarich es un joven venadense que este año comenzó sus estudios secundarios en el Taller de Nazareth. Tiene una particularidad o mejor dicho una pasión por los animé y el manga que es poco habitual en nuestro país. O al menos no tan masivo como en otras partes del mundo. Animé es una palabra de origen francés que significa animado o vivo, y que los japoneses adoptaron en su lenguaje desde el año 1985 para referirse a los dibujos animados en la televisión. Algunos de los animés más populares de todos los tiempos son: Dragon Ball y Dragon Ball Z. Mientras que Manga son historias ilustradas e impresas. La diferencia entre manga y anime es el formato. Desde muy pequeño Matko despuntó su pasión por el dibujo pero sin dudas fueron los últimos cinco meses los más prolíficos ya que dedica un promedio de entre 5 y 6 horas diarias a dibujar.
Desde pequeño Matko disfrutaba de series como Dragon Ball y allí comenzó a despertarse su interés por este mundo, aunque su pasión se confirmó con la pelea anime del increíble mundo de gumball, que si bien no es un anime, la parodia que le hicieron al anime me fascinó. “Los alucinantes dibujos, la tan fluida animación, o las grandes bolas brillantes de energía como los ataques como el llamado «El Kame Hame Ha», hicieron que además de gustarme también me dejaran una gran intriga que intenté llenar viendo todos los anime en emisión que había hasta el momento” cuenta.
Las pasiones se disfrutan más si son compartidas y Matko encontró una amiga con quien pasan largas horas dibujando y compartiendo detalles de este atrapante mundo.
Lee manga, ve videos de anime y cuenta que sus referentes son Masashi Kishimoto (escritor de Naruto), Eiichirō Oda (escritor de One Piece), Hirohiko Araki( escritor de JoJo’s Bizarre Adventure), y el más reciente, Yoshihiro Togashi (escritor de Yū Yū Hakusho y hunter x hunter que es mi obra favorita junto a Naruto).
¿Su sueño? Publicar sus propias tiras cómicas y más adelante tener su manga en la Weekly Shōnen Jump.
