Por Carlos Giménez (De Carlitos, Pesquisas Literarias)
Mucho hablamos de este patriota, de hecho, en su corta vida (falleció a los 50 años) hizo tantas cosas que dejan a todos, especialmente a los argentinos, con la boca abierta. El 3 de junio de 1770 nació Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano y Peri. Aunque la mayoría sabe las partes más importantes de su historia, hay mucho que se desconoce de nuestro querido General, economista, abogado y periodista.
Su mamá fue María Josefa González, hija del conquistador, explorador y colonizador español Domingo Martínez de Irala, y su papá, Doménico Belgrano Peri, un comerciante de ascendencia italiana, pero con recomendaciones especiales del mismísimo Rey de España para desempeñarse en el Comercio, lo que le permitió posicionarse como uno de los más encumbrados comerciantes rioplatenses.
Esa condición también dio lugar a que Manuel Belgrano, al terminar sus estudios en el Real Colegio de San Carlos (actual Colegio Nacional de Buenos Aires), viajara a España para estudiar en las universidades de Salamanca y Valladolid, graduándose -luego de 7 años- en Leyes y Economía Política con medalla de oro, motivo por el que fue presidente de la Academia de Práctica Forense y Economía Política de Salamanca, a la edad de 18 años.
Para obtener el título de licenciado, en tanto, durante cuatro años realizó su práctica profesional en Madrid, en el bufete de Francisco Clemente.
Fue tal el prestigio alcanzado que el Papa Pío VI le otorgó una autorización para leer toda clase de literatura prohibida, libros de autores condenados y aún herejes, de cualquier manera que estuvieran prohibidos, custodiando sin embargo que no pasen a manos de otros.
De este modo, pudo tomar contacto con las ideas de Rousseau, Voltaire, Montesquieu, Adam Smith y el fisiócrata Quesnay. Hasta ese momento todos «pecadores» y debatió con los máximos consejeros de Pío VI con las ideas de éstos. «¿A qué tenían temor para decidir prohibirlos?», preguntaba Manuel, quien había leído a Francisco Suárez, Jesuita, que 200 años antes había escrito el Tractatus de legibus ac Deo legislatore (1612), donde ya se encontraba la idea de pacto social y definía un nuevo concepto sobre soberanía: «El poder es dado por Dios a toda la comunidad política y no solamente a determinadas personas», con lo que esbozó el principio de la democracia.
Con todo ese bagaje de conocimientos y construidos sus principios, el joven de 16 años que había partido rumbo a España volvía como un Manuel Belgrano hombre lleno de ideales, y el recientemente creado Virreinato lo recibía con el puesto de secretario perpetuo del Consulado de Comercio de Buenos Aires.
En dicho cargo se ocupaba de la administración de justicia en pleitos mercantiles y de fomentar la agricultura, la industria y el comercio. Y desde ese lugar hizo grandes esfuerzos en impulsar la Educación y fomentar la industria, pues su maestro, Campomanes, le había enseñado que la auténtica riqueza de los pueblos radica en su inteligencia y que el verdadero fomento de la industria se encuentra en la educación.
Ese joven llegó a América y su primera muestra de valor y coherencia lo demostró en las invasiones inglesas al no rendir su Consulado de Comercio a los invasores. Después comienza la historia conocida: formó parte de la Primera Junta de Gobierno, transformarse en militar y crear la Bandera.
Lo cierto es que Manuel Belgrano tenía que llegar justo en esos tiempos y ser lo que fue, con su espíritu magnífico que no necesitaba ni retratos, ni regalos, ni que los curas le sonrieran. Belgrano tenía «una madera» de un extraordinario valor y una visión que le permitía soñar con una Patria Libre y una América integra y unida.
Su legado real, base de donde investigadores han delineado su historia es custodiado y difundido por el Instituto Nacional Belgraniano (INB) hace ya 81 años.
Presidido por el chozno del Prócer, el INB recibe, en estos días, la dura afrenta que ordena su disolución, creyendo que con esto produce una gran economía.
En el video (debajo) podrán ver y escuchar al Licenciado Manuel Belgrano explicando en la Legislatura en qué consiste la tarea del Instituto y en qué se gasta el poco dinero que se dispone para él y demostrando sin lugar a dudas lo «cara que puede llegar a ser la ignorancia», pues el cierre del Instituto no significa solo el riesgo al que pone el Patrimonio material sino también el legado cultural que transmitió Manuel Belgrano con su conducta a lo largo de su vida.
Manuel Belgrano nació un 3 de Junio de 1770, en una casa de calle Santo Domingo, a metros del convento homónimo donde descansan sus restos, tuvo 15 hermanos, amó a 2 mujeres, tuvo un hijo y una hija.




