Venado Tuerto se sumó a la convocatoria nacional con paro y movilización de mujeres bajo la consigna #VivasNosQueremos #NosotrasParamos. Hubo marchas y actividades en todo el país, miles y miles de mujeres vestidas de negros recorriendo las ciudades. Fue una jornada de duelo por las repetidas muertes, las violaciones y humillaciones estructurales, el cotidiano ejercicio de la desigualdad de género que padecen. En la convocatoria se incluía un grito de basta contra la violencia hacia las lesbianas, travestis y trans. Hubo réplicas del reclamo en el exterior del país.
“El Estado tiene que pensar una ley para que todas las instituciones trabajen en conjunto. Hay una comisaría de la mujer, hay una oficina que atiende, hay espacios pero no una ley que trabaje de manera integral. Y ninguno de los Estados, ni el nacional, provincial o local, se hace cargo de eso. Este paro también es para los hombres”, dicen Silvina Battocchia y Gisela Gasperini, organizadoras de la marcha en apoyo al paro nacional de mujeres.
A partir del asesinato de Lucía Pérez, en Mar del Plata, sucedido pocas horas después de la finalización del Encuentro Nacional de Mujeres y en plena ebullición del debate por la higiene de las paredes, se conocieron una serie de muertes violentas de mujeres en todo el país, agudizando la crisis y poniendo un alerta inevitable. En la movilización se exige la declaración de emergencia nacional, que el gobierno reconozca la problemática y facilite un marco político para combatir activamente la violencia machista. Sin embargo, en las horas previas a la realización de un nuevo #NiUnaMenos, el oficialismo acordó con el massismo en el Congreso un proyecto de modificación del Ministerio Público Fiscal que elimina la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), única en el país dedicada a la investigación de femicidios.
“Venado Tuerto es un punto muy grande de necesidades sociales en la que necesitamos gente que se sume para concientizar en estas cuestiones que son dolorosas y muy preocupantes. Hay casos de femicidios, violencia a menores, mujeres que no tienen a donde ir y son abusadas. Tenemos que empezar a mirarnos, ver cómo funcionan los espacios ya creados, pero hay otros que no están creados, hay muchas mujeres y nenas que están en contextos peligrosos y nadie las escucha. Por eso pedimos educación sexual integral desde el jardín de infantes”, agregan.
La nueva edición de una movilización que pone en el centro del debate los femicidios y replanteo los términos de discusión sobre los micromachismos insertos en el tejido de relaciones cotidianas, forjados día a día, en la extensa malla de conversaciones diarias que instalan sentidos, fijan estereotipos, solidifican normatividades agresivas y represivas, se encastra con el primer paro nacional que se realiza desde que asumió el gobierno de Mauricio Macri.
El paro de mujeres, que durante una hora abandonaron sus tareas, tenía como objetivo visibilizar el rol fundamental que ocupan en la producción y reproducción social. Ellas pararon para que el mundo sintiera su importancia, ya que la dinámica cotidiana se empecina en algunos reconocimientos formales y simbólicos, pero mantiene intacta una estructura de subordinación e inequidad que se llega a ser letal.