La PATOLOGÍADE LA INMINENCIA resulta de un previo cuadro específico- delitos, violencias, medrosidad ante perspectivas económicas, y otras situaciones previstas como traumáticas-y lleva a desarrollos de agorafobias, de claustrofobias, y sobre todo de claustro agorafobias.
El desarrollo fóbico se transforma en un agravamiento cualitativo, como entidad propia,cuando transita hacia la Patología de la Inminencia. Porque a la hipertrofia de las respuestas fóbicas citadas, sucede un cuadro atormentadorante la certidumbre total y angustiante hasta límites de severa angustia fóbica con su secuela sintomática y psicosomática llamada «ataque de pánico», donde se confunde el efecto pánico con la cusa de fondo, la grave angustia fóbica.
Esta transformación de lo fóbígeno, siempre amenazante, en certidumbre de realidad inminente fatal, expresa una gravedad altamente perturbadora para los pacientes con este cuadro. La inmediata ocurrencia del delito como fatalidad cierta sobre la persona y/o sobre sus bienes, lleva a que los pacientes se sientan ya asaltados en el próximo minuto y aún en el segundo. La Inminencia llega a ser ya vivida como hecho cuando no ha ocurrido, sea al salir al mundo, sea en la propia casa u otra vivienda o sitio de trabajo o estudio.
Se llega a comprobar que los síntomas que presentan personas que han sido objeto de delito violento_ agresión física, violaciones, tiros y demás- , y los que presentan los afectados de patología de la Inminencia, alcanzan más que a menudo la misma dimensión cuantitativa y cualitativa.
En esta situación, la persona queda paralizada o huye sin precisar a dónde. En todo caso, actúa bajo la vivencia denominada por Petrovsky «VIVENCIA DE INMEDIATEZ», donde el responsable primero es el delincuente y el gobierno de turno que no reprime al causante considerado como el primero y primordial, y no como el resultado de una cadena de causa>efecto>causa>efecto donde el último eslabón, el delincuente, aparece como el primero y primordial.
Son frecuentes o mejor dicho prácticamente las protestas demandando mayor seguridad al gobierno de turno, seguridad que aparece atribuida a la presencia policial. Si bien en ocasiones un sector policial puede y debe prevenir como prevención inmediata del posible delito, en un número ponderable de casos, el sector policial juega un papel activo y variado como partícipe en los delitos.
Ante esta situación, la Patología de la Inminencia lleva a la alternancia entre ataques de angustia fóbica muy aguda con efecto pánico, y la reclusión paralizante pendular.
De ese modo se produce un retraimiento en la vida subjetiva y en la participación concreta personal y social, lo que incide en el desarrollo el sujeto y en una retracción que actúa como proyección negativa sobre toda la vida social.
Lo mismo sucede con la patología de la Inminencia en el caso de los MENSAJES MEDIÁTICOS de «ANTICIPACIÓN DE INMINENCIA CATASTRÓFICA», lo que paraliza al paciente no sólo en su subjetividad, sino en cuanto a su participación en el movimiento económico, donde aparece la certidumbre de que todo paso económico está fatalmente condenado al desastre. No sólo como riesgo, sino como certidumbre de catástrofe económica inminente o ya vivida subjetivamente como tal.
Es imposible en este, como en otros tantos casos, suprimir el papel etiopatogénico donde lo sociopsicogenético se transforma en sociopsicopatogénico.
Ante todo, resalta el papel inductor y perturbador de los GRANDES MEDIOS. De ellos mismos surge la inducción de que la causa de los delitos y de situaciones económicas reales o inventadas, reside en el propio gobierno, «garantista» que no reprime. Sin perjucio de que toda acción policial, de gendarmería o prefectura que actúa sin violencia, es a su vez condenada por lo contrario: porque reprime.
El PAPEL MEDIÁTICO de la IDENTIFICACIÓN CON LAS IMÁGENES de los delitos mostradas con minuciosidad morbosa, con Imagen Cero sobre sus causas profundas, oculta no sólo que en los casos de la violencia política y contra sectores postergados, los grandes medios, precisamente, son parte fundamental de los factores causales de fondo por sus TÉCNICAS DE IMAGEN Y LENGUAJE, sino que están ligados profundamente con los sectores de poder de las grandes corporaciones como factores causales económico-político-ideológicos.
Volviendo sobre las identificaciones, las imágenes terroríficas de los golpeados, heridos y asesinados- sobre todo si se trata de niñas- sin mención de las causas de fondo- porque ellas los comprometen como factorescausales- provocan autoidentificaciones con los seres íntimos sobre todo niñas y también niños, lo que lleva a una victimización que en cualquier momento se transforma en realidad de ese tipo como inminente, como patología dela inminencia o ya de la realidad, en la subjetividad.
El caso de Candela apareció 400 veces. En la subjetividad victimizada, surge la vivencia de 400 delitos de extrema monstruosidad, como sucede ahora con el caso de Angeles Rawson. Los medios reemplazan a la justicia que investiga, y crean sospechas vividas como más que posibles, ciertas, a pesar de que van cambiando el libreto a medida que avanza una investigación.
Por supuesto, la ocupación de planas de publicaciones, pantallas y radios juega también el papel de distracción, como decía Chomsky, sobre importantes logros e importantes problemas donde la superación mostrará el papel antagónico a jugar por el poder económico-ideológico mediático, versus una solución propia de un proyecto democrático, nacional y popular o humanista de algún tipo.
Pero también existe la identificación por parte de victimarios potenciales que se transforman en concretos, bajo la identificación mediática: desde que se colmaron páginas y pantallas con imágenes de agresiones a la pareja- casi siempre del hombre a la mujer- aumentaron las agresiones, el fuego, los asesinatos. Desde que se inunda la pantalla con las violaciones, aumentaron las violaciones concretas.
Es sabida la incidencia de la identificación con la violencia mediática en muchos seres y en niños: así aparecen jóvenes- y no tan jóvenes- que aprenden a delinquir con las películas y series, y los niños que de pronto balean en las escuelas de manera irrefrenable y ciega. ¿la culpa de los padres que los malcriaron, o la satánica madrastra surgida de los grandes medios?
Pero en los victimarios marginados que aún no se degradaron como marginales, también aparece en ellos la patología de la Inminencia. Sienten y viven como realidad que en cualquier momento inmediato pueden ser agredidos y muertos por la policía, por grupos organizados del narcotráfico si el joven incluso adolescente se resiste o ya no les sirve. Si se sienten tratados como objetos que en cualquier momento inminente pueden ser liquidados, ¿cómo pueden tratar como sujetos y personas a los demás?
No puedo desarrollar ahora los múltiples caminos de prevención de estas situaciones. En primer lugar, se trata de la prevención social en un modelo de sociedad que favorece la inclusión, el estudio, el trabajo, el acceso a valores éticos y culturales en general.
Para los pacientes, la COMPRENSIÓN de las reales causas de fondo juega un papel morigerador de su cuadro. El CULTIVO DE RAMAS MUY MOTIVADORAS desde la IDENTIDAD PERSONAL puede actuar como contrapeso al VACÍO que crea la patología de la inminencia.
Pero sobre todo puede jugar un papel a la vez TERAPÉUTICO y como APORTE SOCIAL, la participación concreta en acciones sociales que actúan contra las raíces sociales del delito, así como la participación en acciones sociales contra las trampas de los monopolios, por ejemplo en el tema de los precios. No sólo aparecen los reales causantes del aumento de precios, y no el gobierno como dice falso sentido común naturalizado que los macromedios exaltan, sino que el ingresar en la participación popular en la vigilancia de los formadores de precios, no sólo aportan a un tema económico tan sensible, sino que disminuye la sensación de catástrofe económica inminente.
Dr. Gustavo González Ramella y Dr. Francisco Berdichevsky
