La Universidad Nacional de Rosario presentó un informe sobre la situación socio ambiental de la localidad de Murphy, e informó que fruto del diagnóstico profesional de la UNR y medidas gubernamentales adecuadas, se revirtieron tendencias preocupantes que llegaron hasta el año 2.015.
El doctor Alejandro Oliva, director del Programa de Medio Ambiente y Salud que dependiente del Centro de Estudio Interdisciplinario en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), comunicó en el Centro Cultural Emilio Marciano que “conocimos el problema a través de la solicitud de la Comuna de Murphy de que interviniéramos sobre la problemática de los casos de cáncer en esta localidad”. Oliva señaló que “nosotros vinimos, estudiamos el problema, conocimos el lugar”. Aclarando que “el equipo es interdisciplinario, nosotros tenemos gente de distintas facultades. De la facultad de Medicina aportan el equipo de sociales, los profesionales de Ingeniería Agraria son los que se ocupan de todos los sistemas de georreferenciación, del tema del suelo que es muy importante. Tenemos gente de bioquímica, gente de ciencias básicas. Hicimos todo el estudio, todo el análisis”.
Adentrándose en el informe, Oliva remarcó que “acá hay un dato optimista que es que a partir del año 2.016 encontramos una disminución de los casos muy significativa. Una disminución de la cantidad de los casos de cáncer donde Murphy queda por debajo de la media nacional. Suponemos que esto puede tener básicamente que ver con medidas que la Comuna impuso de prohibir fumigaciones en radio acorde. Es una de las comunas que han tomado más seriamente ese problema y quizás eso que se decidió está comenzando a impactar. Lo que se vio en 2.010-20.15 estaría bajando. Igual hay que seguir trabajando”.
La letra chica del informe señala que tomando el período que se inicia en el año 2.009 y 2.010, habían aumentado por encima de las cifras nacionales (“significativamente”, según señala el doctor Fabián Pace titular del Samco local), el número de enfermos y la mortalidad por cáncer. “No solo habían aumentado el número, sino que eran más agresivos de lo que suelen ser en otros lugares del país”, remarcan los catedráticos.
El informe del Programa de Medio Ambiente y Salud que depende del Centro de Estudio Interdisciplinario de la Universidad Nacional de Rosario es taxativo al señalar que “hemos analizado la problemática de los que aplican agroquímicos, de los que los almacenan en Murphy, de los que los trasladan por el pueblo; y todos tienen para hacer su aporte porque la problemática encontrada, en modo alguno puede interpretarse como reducida al agua”.
Sobre la condición del agua en los años previos a 2.015, Oliva señaló que encontró “niveles altos prácticamente en todas las tomas, estaban altos en nitratos y arsénico. Son dos factores que, con el agregado de pequeñas cantidades de agroquímicos en el agua, puede ser un cóctel que produzca este tipo de enfermedades y aumenten la agresividad”. Igualmente señalaron que “esa tendencia está en franco retroceso”, aunque “hay que seguir en este sendero”.
En este sentido reconocieron que “en los últimos años se hicieron canillas públicas y se está construyendo una nueva red de agua potable paralela a la de cloaca”, así como “cortinas de árboles rodeando la localidad, como una barrera natural para preservar la zona urbana”. “Eso colabora sin dudas a acrecentar la tendencia a la baja. De continuar por esta senda todo indica que estamos por el camino correcto”. Concluyendo que “aquí va a quedar montado un observatorio de prevención en manos de la gente de la Comuna. Ya estamos transfiriendo a médicos y a gente de la comuna cómo emplear los elementos de georreferenciación para que sigamos llevando adelante los mismos registros de los cánceres, las muertes, y las condiciones ambientales”.