(PR/Norma Migueles) La localidad de Chapuy está a la vera de la ruta 90 a unos 25 km de Venado Tuerto. Es una comunidad pequeña, blanca, prolija. La tierra sobra y los amplios patios rodean las viviendas que extienden florecidos jardines hasta la vereda. Casitas blancas, algunas modernas y otras con su historia dibujada en los ladrillos. Los vecinos se conocen, se saludan y comparten alguna conversación casual, en el kiosco o el almacén.
Esa tranquilidad y bonhomía se transformó en espanto y asco el lunes pasado cuando la noticia trascendió los muros de la justicia: el ex comisario de la localidad, radicado hace años habría abusado de su hijo de seis años.
Pueblo chico… no tiene puertas ni paredes, las mujeres saben del calvario que sufrió la madre de la criatura, que tuvo que dejar sus amigas, su hogar, hace dos años por la violencia que sufría de parte de su marido. Dicen que hacía las denuncias pero que nunca tuvo respuesta.
Se fue a vivir a San Gregorio con sus hijos, los dos pequeños venían todos los fines de semana a pasarlos con su papá. La gente los veía pasear en bicicleta, hacer mandados juntos, como cualquier padre amoroso.
Según relatan las vecinas, el domingo, Día de la Madre, los chicos volvieron temprano, el nene lloraba y estaba molesto, al bañarlo la madre vio signos inequívocos de violencia y fue a hacer la denuncia. Desde la Comisaría la mandaron en forma inmediata al Hospital para que lo revisaran y dieran un diagnóstico. La fiscalía de Venado Tuerto ordenó un allanamiento, lo que hallaron en la casa originó que quedara detenido.
Las mujeres tienen miedo que, nuevamente, el hombre quede impune y se congregaron frente a la Comisaría y luego marcharon hasta la casa del sospechoso, la pintaron con consignas, con nombre y apellido, pidiendo justicia por el pequeño.
“Queremos que esto se visibilice, queremos que cuando las mujeres decimos que nos agreden nos escuchen, que escuchen y crean cuando los chicos dicen que son abusados, es la única manera de parar estos hechos”, sostuvieron.
Luego con tristeza el grupo se fue disolviendo, era el atardecer y de pronto el brillante pueblito sureño pareció un poco opaco, un poco triste, un poco amargo, tanto como las ilusiones rotas de una criatura.
HACE MENOS DE UN AÑO
Casi a fines de enero de 2022 en Murphy un femicidio conmovió a la localidad, Marina Espíndola una mujer de 42 años falleció el martes 25 a la madrugada en Murphy. De acuerdo a la versión preliminar, un policía, ex pareja de la víctima, la mató en el comedor y luego se disparó y falleció luego de su internación. En la casa estaba el hijo de la mujer de 12 años de edad quien había salido a pedir ayuda a los vecinos.
Marina había denunciado muchas veces el acoso y las amenazas, pero la respuesta de la justicia llegó tarde.
