Rita Cardozo es enfermera, tiene 52 años y desde hace 33 cuida de quienes más la necesitan con un profundo sentido de vocación.
Desde Pueblo Regional dialogamos con ella para conocer su historia y darle un modesto homenaje a una venadense que desde el anonimato ayuda y acompaña a cientos de personas en los momentos más difícil.
Rita Cardozo vive junto a su esposo y el nieto de su esposo, un niño de 11 años. ”Es un hijo del corazón desde muy pequeño de meses vive conmigo” cuenta con una sonrisa que deja ver el cariño que existe en esa relación. Un día, invitada por su vecina concurrió a una clase de enfermería que se dictaba en el Colegio de Enfermería en el viejo hospital “al poco tiempo me di cuenta que estaba estudiando algo maravilloso, que nunca me había imaginado y que era mi lugar en el mundo. Mi compañera quedó en el camino y yo continúe, hoy estoy feliz de haber elegido esta profesión porque me permite no solo atender y asistir con mis conocimientos y mi aprendizaje sino también por sobre todas las cosas cuidar qué es la base de la enfermería. Mi satisfacción es ese cariño y el reconocimiento en mi trabajo” cuenta con emoción.
Aunque nada fue fácil para la protagonista de esta historia que supo transformar uno de los mayores dolores que una persona puede tener en más amor y solidaridad para los demás. “Hace 18 meses perdí mi hijo del corazón, mi único hijo de 19 años, ahora es un ángel que me guarda del cielo” confiesa y el silencio posterior se hace lugar.
Más allá de su faceta como profesional de la salud Rita es también la encargada de llevar adelante una red solidaria “Dame una mano, te doy las Dos” donde capacita y asiste a mujeres que necesitan un trabajo y que tienen alguna experiencia en cuidado de personas. De alguna manera, oficia de madrina de ellas para que puedan insertarse en el mundo laboral con el acompañamiento de una profesional.
Finalmente, Rita reflexiona sobre la mujer “por naturaleza somos fuertes y a la vez débiles. Siempre debemos estar alerta atentas cuando veamos alguna mujer en estos tiempos que esté sufriendo violencia en cualquiera de sus formas no debemos quedarnos calladas, quietas, debemos luchar a capa y espada para liberar, ayudar y fortalecer a esa mujer que puede estar vulnerable y encontrarse en peligro. Ayudemos siempre siempre sin esperar nada a cambio.”


