Murió Francisco «Francis» Irisarri. En Venado, su impronta de nochero se identificó en su boliche «Francis», desde donde nacieron generaciones de familias, mientras matizaba con su otra pasión: el deporte de la pelota a paleta.
Para complementar su otro amor, la gastronomía nos hizo probar sus ricas pastas y sumó una parrilla, al patrimonio del entretenimiento del venadense. Se fue de este planeta quién sabe donde. Participó de un mundo repleto de vivencias emocionales.
Su vida nómada no supo de estabilidad, que compensaba con gestos nobles y corazón abierto. Le quedó muy pequeño todo y se fue al primer mundo, a los Estados Unidos para hacer más trashumante aún su realidad muy diferente a la de los comunes
Fuente: LT29