Un grupo de mujeres de la localidad de Murphy se autoconvocó en las primeras horas de la tarde en la plaza central de Murphy con el objetivo de movilizarse para conocer las causas que originaron el femicidio de Marina Espíndola, madre de familia que fue ultimada de un balazo en las primeras horas de la madrugada de hoy por su ex pareja, quien desempeñaba funciones policiales en la localidad de Melincué.
“Ya no podemos pedir justicia porque el femicida se mató. Pero si podemos unirnos y pedir para que estos casos no se vuelvan a repetir. Queremos que la justicia o la policía nos explique por qué sucedió esto cuando ya Gabriel Robles tenía denuncias por violencia de género, de parte de Marina y su anterior esposa. Por qué la psicóloga le dio el alta y por qué le devolvieron el arma”, plantearon creando la incógnita de si este desenlace fatal se pudo evitar.
Las consecuencias son dos familias destruidas por el dolor y los tres hijos de Marina y dos hijas de Gabriel que esta tarde velaban a su madre y padre, respectivamente.
Las mujeres acordaron hacer una marcha pacífica que se realizara hoy luego de las 17, cuando se finalice el entierro de Marina, ya que sus hijas pidieron estar presentes también en la marcha.
TIROS EN LA MADRUGADA
Apenas había pasado una hora de la medianoche, cuando Gabriel Robles se dirigió hacia el este de la localidad hasta un chalecito, donde se bajó y golpeó, al no abrirle nadie pateó la puerta y entró.
Minutos después un niño demudado y tembloroso (el hijo de 11 años de Marina) solicitó ayuda a un vecino. Mientras lo atendían escucharon los disparos y rápidamente avisaron a la policía.
Llegó un móvil de la Sub Comisaría 10º y no pudo ingresar porque las puertas estaban cerradas. El policía se asomó por la ventana y vio a la dueña de casa sobre una silla y en el piso un hombre en un charco de sangre.
Pidieron autorización a Fiscalía e ingresaron a la casa y allí hallaron la macabra escena: el cuerpo de Marina ya sin vida y Gabriel en el piso aún respiraba. Se lo trasladó de urgencia al Hospital Regional Gutiérrez de Venado Tuerto, donde falleció un par de horas después.
LA VIOLENCIA
Quienes conocían al policía Robles no dudan en remarcar su carácter violento y también la historia de violencia familiar por la que transitó mientras duró la pareja con Marina.
Tras sus denuncias le impusieron medidas perimetrales para que no se acercara, y tuvo que realizar un tratamiento psicológico, durante el cual le retiraron el arma reglamentaria.
Luego le dieron el alta y se la devolvieron. Es la misma que uso para ultimar de un disparo a su ex pareja y posteriormente quitarse la vida.
HACE SOLO CUATRO MESES
Cabe recordar que hace sólo cuatro meses otro policía también asesinó en plena ruta 90 a quien había sido su pareja Claudia Gonzales, una cadete oriunda de Villa Cañàs.
El femicida que revistaba en la Policía Vial vio circulando en la mañana del sábado 18 de setiembre en un auto a su ex pareja mientras realizaba un operativo de tránsito, la siguió y la mató de un disparo en la cabeza, en cercanías de Elortondo sobre ruta 90.
El hecho se registró alrededor de las 11.30 cuando la joven de 29 años y su pareja se dirigían en auto desde la localidad de Villa Cañás a Elortondo y el agente vial, quién sería expareja de la víctima, los siguió con un patrullero, los hizo detener y tras pedir quedarse a solas con Claudia la asesinó con su arma reglamentaria, luego quiso matar al esposo de la mujer pero el arma falló y finalmente fue detenido.