(PR-Jorge Toscano) Con muy buen marco de público, Hughes dio cuenta de Peñarol, en el Luis Ponciano Rossi, por 2 a 1, sacándole el invicto en casa, que ostentaba el conjunto de Osella, mediante sendas conquistas de Ignacio Martín Scocco.
Fue un partido con escaso vuelo de calidad, en el que predominó la lucha y el roce constante sobre las intenciones de generar juego y peligro a los arqueros, ya que las llegadas fueron pocas y la cancha mayormente se transitaba en medio campo, hasta cercanías de las áreas, pero sin la profundidad necesaria , especialmente en el primer tiempo que se fue con pena y sin gloria , salvo aquella participación de Nacho Scocco sobre los 25 minutos, cuando se sacó dos rivales de encima , se acomodó y metió un brutal remate que se estrelló en el caño izquierdo de Lince. Además del tiro libre de Rotondo que pasó no demasiado lejos.
La etapa de complemento sacudió la modorra de entrada cuando a los tres minutos el ex goleador de River y Ñuls sometió casi de manera impensada a Joaquín Lince, ya que parecía que su tiro que no revestía demasiado peligro, se le escurrió por debajo del cuerpo y así se abría el marcador.
Con el resultado a su favor y con la mira puesta en la contra, de hecho el propio Lince le tapó un mano a mano tremendo a Scocco, Hughes se protegió bien y le dejó todo el compromiso a Peñarol, que veía como pasaban los minutos y la mejoría no llegaba en procura de la igualdad.
No obstante , y con la llegada de las variantes, Peñarol en el último cuarto de hora se animó y llegó al empate cuando el árbitro Marcelo Díaz, de floja actuación, sancionó mano en el área en el primero de los diez minutos que había adicionado producto del parate por lesión de Lucas Pochettino y Ayrton Araya se encargó de cambiar por gol.
Parecía que el empate estaba sellado, sin embargo, el tucumano Araya, dejó una pelota viva en la zona de gatillo, justo delante de las narices de Nacho, y éste con un derechazo letal no perdonó y la mandó a guardar a los 53 minutos para llegar a su gol número 12 en trece partidos del torneo y estar bien arriba en la tabla de goleadores, desatando la locura en la hinchada visitante que lo celebró con todo, dejando a un Peñarol masticando su propia bronca, por esquema de un juego que no apareció y algunos fallos del colegiado rosarino.