La violencia familiar se ha vuelto moneda corriente por estos días, o siempre existió pero ahora tiene mayor exposición. Lo cierto es que la justicia no está a la altura de las circunstancias y se enreda en vericuetos burocráticos para no resolver en cuestiones tan sensibles como son la integridad física y mental de menores de edad
El caso de Jorge Thione tomó estado público en las últimas horas luego de tres meses de gestiones infructuosas para que la jueza de Familia local, Nancy Grasso, tome cartas en el asunto e investigue el supuesto maltrato que estarían sufriendo sus hijos en poder de la madre.
“Yo me separé hace siete meses, y hace cuatro o cinco meses empecé a notar algunas cosas, y comencé a llevar pruebas a la justicia unos tres meses atrás. Hasta el momento nunca tuvimos resolución alguna desde la justicia. Cada vez que mi abogado pregunta cómo está la causa le dicen que está en trámite interno. Es lo único que nos dicen”, describió Thione.
Quebrado por la angustia, el padre comentó que “a mí me los dan de noche y no los puedo disfrutar, porque sé que a la mañana los tengo que enviar directamente al matadero. Cuando los abrazo a la noche les digo ‘tranquilos que papi los va a cuidar’ y al otro día el nene me pide a gritos que no lo deje y se queda mirándome como diciendo ‘me traicionaste, me dejaste’”.
“La gente está muy indignada, queremos hacer una marcha o algo por el estilo, pero primero quiero ir al Ministerio de Justicia en Santa Fe”, apuntó Thione y completó: “Hago totalmente responsable a la jueza de Familia Nancy Grasso. Tengo muchísimo miedo de las represalias que pueda tomar conmigo y en contra de los nenes. Quiero que la gente apoye y difunda que el Juzgado no está para hacernos la vida imposible, está para resolvernos la vida”.
