Director y actor teatral, docente, hacedor cultural, militante y en sus ratos de ocio, huertero, así se lo podría definir al director del Centro Cultural Provincial Teatro Ideal, Oscar Barotto, quien opina que a través del hecho artístico sostenido la persona “se descubre a sí misma” y eso es algo que le permite desarrollarse, trabajar y crecer.
La carrera actoral de Oscar se remonta a décadas y ha dirigido obras notables, pero su papel más destacado lo ha logrado con su activismo cultural, junto con la gente de Teatro La Ventana crearon y sostuvieron en el tiempo la «Fiesta Provincial del Teatro Independiente», que se realiza anualmente en el mes de abril o mayo de cada año, en la localidad de Murphy, y que en este 2025 cumple sus jóvenes 30 años.
Con la Asociación de Amigos del Teatro Ideal y a pura guapeza y esfuerzo rescataron el abandonado edificio del ex Cine Ideal que reabrió sus puertas el 17 de agosto de 1989 luego de haber estado cerrado 12 años en estado de abandono. Convirtiéndose luego en Centro Cultural, donde se realizan cada año unas 200 actividades, incluso en los últimos meses del año no hubo día libre. «En los últimos años vemos un fortalecimiento de lo local, autores, artistas y músicos y con buena respuesta del público», evaluó.
Oscar Barotto sigue pensando que la Revolución cultural es el motor del cambio y se puede lograr desde una pequeña sala prestada como ocurrió en Elortondo donde asistió para dar un taller de teatro y culminó con la obra «Una libra de Carne», que movilizó a gran parte de la comunidad que descubrió que el arte no solo está para ser admirado, sino para expresar lo que la realidad a veces amordaza.
«El que descubre el hecho artístico, primero se descubre a si mismo si lo continua. Siempre sostuve que la batalla cultural existe, y soy optimista, porque creo que esa batalla no la ganan los egoístas, los que no entienden que el otro es una parte fundamental de nuestras vidas. La batalla cultural se gana en conjunto, en equipo, con solidaridad, con empatía y esta que está pasando es cuestión de tiempo para que desaparezca. Las sociedades no se construyen así», consideró.
“Cuando vamos perdiendo eso de trabajar juntos con un objetivo como en una cooperadora, en un club, un comedor, una asociación civil, parece que como comunidad organizada vamos a tocar fondo y como dice alguien a lo mejor es necesario que ocurra para poder entender lo que perdimos y resurgir con ganas y más fuerza, es lo que creo y aspiro», subrayó.
