Jenaro tiene 9 años y sufrió un paro cardíaco como consecuencia de una descarga eléctrica. Quienes lo rodean decidieron embellecer el lugar del Hospital José Penna de Bahía Blanca donde día a día esperan el parte médico.
Existen formas de luchar con la tristeza. Pintar, restaurar, embellecer, son algunos modos de convertirla sin negarla, maneras de atravesarla para disfrazar la realidad mientras se pelea por la vida.
Los médicos del lugar lograron “traerlo de nuevo a la vida”. Sin embargo, debido a la gravedad del caso, debió ser derivado a Bahía Blanca.
Mientras lucha por salir adelante, su familia encontró una respuesta: «Transformar el dolor en acción». Así definió Noelia Pino —una amiga de la mamá del nene– al trabajo que están llevando a cabo en el Hospital Interzonal doctor José Penna.
Jenaro continúa en terapia intensiva y con un largo camino de recuperación por delante. Un prolongado tiempo de angustia y esperanza que sus seres más cercanos decidieron transformar en solidaridad.
«Colaborar con el lugar que le está dando tanto a Jenaro”, resumieron, porque el apoyo del personal del hospital público y de los pacientes ha sido y sigue siendo fundamental.
Cata, la mamá de Jenaro, participa en su localidad de una Organización No Gubernamental que se denomina “Corazones solidarios”, donde colaboran con niños que padecen enfermedades poco frecuentes, entre ellos con Uma, la pequeña que ha sido diagnosticada de Fiebre Mediterránea Familiar.
“Se puede; hay otra forma de transitar el dolor”, es el mensaje que familiares y amigos quieren transmitir. Y sobre todo mostrar que es posible cuidar un espacio público que pertenece a todos y brinda un servicio esencial a la comunidad.
“Jena volvió a la vida, lo pudimos traer hasta acá (Bahía Blanca) y lo tenemos con nosotros; es un milagro”, sostuvieron.