El periodista y vecino de Venado Tuerto Lucas Paulinovich (compañero de redacción en PUEBLO Regional y de la publicación de arte y cultura El Corán y El Termotanque) posteó en su cuenta de Facebook lo que siente como hijo de detenido-desaparecido, ante la posibilidad de que el próximo 22 de noviembre vuelva a estar en boga la teoría de los dos demonios, y mengue el compromiso del estado en llevar adelante la política de verdad, juicio y castigo. Mauricio Macri, desde su óptica, encarna esa posibilidad. Dice Lucas Paulinovich:
«No me gusta hacer alusión a mi historia personal. Yo viví muy bien, y siempre preferí gritar, escribir y denunciar los casos de pibes como Franco Casco, Pichón Escobar, Luciano Arruga y tantos otros que la democracia chupó. Pibes que no tuvieron voz. Pero la disyuntiva que vivimos obliga a dejar de lado pudores personales. A mi viejo lo secuestró la dictadura en el ’78, pero hasta el 2003 anduvo desaparecido. Hasta que un día un tipo se subió a un escenario y le pidió perdón en nombre del Estado. Ese día mi viejo volvió a nacer y nos hizo nacer a nosotros. Yo pude conocerlo. Volvió a la vida. Hoy los mismos tipos que avalaron esos crímenes, que de pibe me decían que mi viejo era un guerrillero, que tenían que haberlo matado, que era hijo de la subversión, vuelven a aparecer muy cerca del poder. Macri es la dictadura con forma democrática. Espero que esto sirva como contribución, para que algunos amigos reflexionen sobre lo que se pone en juego. Ante esta situación, votar a Macri o votar en blanco, es ser cómplices de ellos».
A continuación, en el mencionado posteo, Lucas compartió un poema de su autoría:
2003
Dejemos ya esas bendiciones largas
antes de dormir
de la cruz señalada con un dedo en la frente
no sirvió de nada
si recuerdo la sala, la picana y el cura
me aturden sus rezos los oídos
el eco de esa tumba donde juntos estuvimos
dejemos ya todo eso de los olvidos
nunca dormí plácido como un niño
esperaba la noche para ver si volvían
dejemos ya todo eso de los perdones
que nunca nos sirvieron
estaban escondidos los enemigos, camuflados
quedémonos, mejor, en aquel día
en el que no estabas y volviste a nacer
y nos miraste, de nuevo, como nunca antes
y sentimos el abrazo
que aquel pibe aterrado nos daba
no hizo falta que nos contaras
ya lo sabíamos
lo sentíamos en tus lágrimas
la noche que cayeron los retratos
y recuperaste el aliento
y dejaste, de una vez, de protegernos
nunca fuimos niños
porque te extirparon la inocencia
y ese día nosotros
también nacimos
mamá hacia silencio cuando llorabas
y nos miraba
por si acaso alguno de nosotros temblaba
hoy tengo casi tu edad de entonces
y me duele la juventud desgarrada
fantasmal
que se fue acumulando hasta ese día
y se soltó furiosa de amor
y nos hizo volver a la historia
nos llegó el momento que esperábamos
sin saberlo
cuando por fin nos conocimos
dejemos ya todo eso de la poesía
escribo ahora porque me arde la vida
dejemos ya todo eso del pasado
yo no sé qué guardó tu memoria
todo ese tiempo
de silencios y desconfianzas
pero sé –soy hijo- de ese terror
que nos potencia
y nos dio vida
dejemos ya esas angustias mudas
dejemos ya esas tristezas
y dame otra vez tu abrazo
estamos vivos, a fin de cuentas,
es que otra vez nacimos.
Excelente reflexion!
Bravo Lucas, ¡brindo por esa resistencia que llevás en tu ADN!