En los comicios municipales y autonómicos, «Barcelona en común», con el respaldo de Podemos y liderado por la activista Ada Colau, dio el gran golpe y ganó tras décadas de bipartidismo. En Madrid ganó el PP pero por escasa diferencia y una unidad opositora podría arrebatarle la ciudad.
El derechista Partido Popular (PP) del presidente Mariano Rajoy venció en los comicios municipales y autonómicos de España, aunque cedió poder a la izquierda, que puede arrebatarle feudos claves como Madrid, mientras Barcelona se erigió como símbolo del cambio político con el triunfo de la candidatura apoyada por Podemos.
El PP se mantiene primero, el PSOE segundo, pero la indignación que hace cuatro año llenó las plazas de España entró con fuerza en las instituciones, con cargos electos en los que representan a las fuerzas emergentes Podemos y Ciudadanos.
El gran golpe lo dio la candidatura «Barcelona en Común», de la activista Ada Colau, que cuenta con el respaldo de Podemos y arrebató la alcaldía al nacionalista Xavier Trias, de Convergencia i Unió (CiU).
Se trata de un triunfo emblemático, ya que Barcelona históricamente perteneció a los socialistas, que gobernaron la ciudad condal durante 32 años hasta que CiU se las quitó.
Así, la «nueva izquierda» recupera Barcelona gracias al voto antiestablisment y desde ahí buscará catapultarse.
«Somos una revolución democrática imparable», aseguró Colau al celebrar la victoria, tras prometer que quiere ser «la alcaldesa al servicio de la gente para que nunca más haya ciudadanos de primera y de segunda en esta ciudad».
En Madrid, si bien ganó la poderosa Esperanza Aguirre, del PP, lo hizo con una ventaja de apenas un concejal (21) sobre la candidatura «Ahora Madrid» (20) de Manuela Carmena, quien podrá impedirle gobernar si llega a un acuerdo con los socialista (9) o Ciudadanos (7).
«Ha quedado claro que ha ganado la mayoría por el cambio», celebró Carmena, mientras Aguirre destacó su victoria aunque reconoció que podría ser enviada a la oposición.
«Los grandes cambios comienzan en las grandes ciudades», aseguró por su parte Pablo Iglesias, líder de Podemos, al valorar los resultados electorales.
«Empieza a inscribirse el fin del bipartidismo», añadió el dirigente de Podemos, quien subrayó que el «cambio es irreversible» y no parará hasta las elecciones generales.
Aunque el PP se impuso en el global de votos en las municipales, con el 27,03%, y el Partido Socialista (PSOE) fue la segunda fuerza, con un 25,04%, el bipartidismo obtuvo sus peores resultados en cuatro décadas, según los datos oficiales escrutados el 99% de los sufragios.
En relación a los comicios municipales de 2011, los conservadores perdieron casi 2,5 millones de votos y los socialistas más de 700.000 votos.
Por su parte, Ciudadanos, el partido emergente liderado por Albert Rivera, se situó en tercer lugar, con casi 1,5 millones de votos.
«Hay partido, hay proyecto para España, y esto no ha hecho más que empezar», afirmó Rivera, al celebrar el tercer puesto, ganado por «la gente sensata, razonable y de progreso». «Estamos haciendo historia, hay espacio para la tercera vía», remarcó.
Si bien Podemos no se presentó con su propia marca en las municipales, las iniciativas de las que participó lograron buenos resultados. Además de Barcelona y Madrid, la candidatura «Zaragoza en Común» se quedó a un concejal del PP en la capital aragonesa, con 9 contra 20 concejales.
En tanto, en Valencia, uno de lo feudos más importantes de los conservadores y un símbolo de los escándalos de corrupción que sacuden al PP, la alcaldesa Rita Barberá venció en las urnas aunque se quedó con la mitad de concejales (pasó de 20 a 10), lo que abre la puerta a un acuerdo entre el partido de izquierda Compromís, con 9 concejales, y la iniciativa afín a Podemos, Valencia en Comú, con 3.
Ante esta amenaza, Barberá prometió que buscará «un pacto de Estado contra el radicalismo».
Tras los comicios, el PP conserva su mayoría en Castilla y León (absoluta), Madrid, La Rioja y Murcia. «Hemos vuelto a ganar, dicho todo ello con el mayor respeto a nuestros adversarios», dijo Carlos Floriano, vicesecretario general del PP, quien, no obstante, sostuvo que «la próxima legislatura será la del diálogo y la del pacto».
Sin embargo, los conservadores pederían Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura, Valencia, Cantabria y Baleares, si el PSOE consigue los escaños necesarios para desbancarlos del poder en base a alianzas con Podemos o Ciudadanos.
Además de recuperar terreno en estas seis comunidades, los socialistas conservaron el poder en Asturias y ganaron en Extremadura.
«El PSOE es al primera fuerza política de la izquierda en todas y cada una de las comunidades de España», dijo el líder del partido, Pedro Sánchez.
«Hemos recuperado casi 2 millones de votos desde las elecciones europeas y vamos a ser primera fuerza en algunas y segunda en mayoría comunidades con opciones de liderar gobiernos de cambio y de progreso», subrayó.
«El Partido Socialista va a liderar el cambio progresista hacia la izquierda que ha votado mayoritariamente la sociedad española», añadió Sánchez, quien añadió que «si algo quedó claro es que este es «el principio del fin de Mariano Rajoy como presidente del gobierno».
Los comicios municipales y autonómicos del 24M se presentaron como una primera vuelta de la elecciones generales de fin de año, y un indicador del estado de ánimo de los españoles respecto a la gestión de la crisis económica por parte del PP y frente a los casos de corrupción que salpican al partido gubernamental.
Tanto para el PP como el PSOE era importante mantener su primer y segundo lugar como fuerzas políticas, mientras Ciudadanos y Podemos pugnaban por liderar el cambio de ciclo y por posicionarse de cara a la carrera a La Moncloa.
De las alianzas, y los acuerdos que se alcancen estas dos fuerzas emergentes con el PSOE y/ o el PP dependerá el rol que tendrán en los próximos meses, si será de alternativa al bipartidismo o de socios necesarios para establecer una nueva hegemonía, sea de la derecha liberal o de la socialdemocracia.