(PR/Renata, Alós R.) El panorama social por a la realidad habitacional es desalentador a nivel mundial, pero en algunos países despliegan más políticas públicas para abordar esta situación.
Este fenómeno condensa diferentes problemáticas, por un lado, comprar una vivienda resulta inaccesible para muchos sectores de la población, a la vez que crece la dificultad para pagar los alquileres.
Además, por la especulación inmobiliaria sumada a que los propietarios no encuentran rentable alquilar sus propiedades, se mantiene una alta proporción de viviendas desocupadas, generando el encarecimiento del precio del metro cuadrado de los inmuebles en venta o alquiler.
Venado Tuerto está sumergida en estos factores que alejan cada vez más la posibilidad de acceder a la vivienda propia.
Situación local
“Los inmuebles ociosos, que no están cumpliendo con su función, muestran en qué tipo de sociedad tan desigual vivimos, porque por un lado hay inmuebles sin destino, y por otro no hay recursos para adquirir tierra o vivienda”, manifestó Fabián Vernetti, director de Tierra y Hábitat del Gobierno de Venado Tuerto.
A su vez, reflexionó: “Qué hacemos con probablemente más de mil viviendas que están deshabitadas y en estado de abandono, porque en todas las manzanas hay una o dos y eso trae muchos problemas para la ciudad”.
Frente a esto, según el funcionario, “nosotros no tenemos dinero para comprar casas, ni siquiera para construirlas, porque el Estado y el país están siempre en una situación económica delicada, de quiebra”.
Distintos indicadores permiten dimensionar la problemática de la vivienda ociosa y teniendo en cuenta el déficit habitacional existente, se vuelven necesarias políticas para incorporar estas viviendas al stock de propiedades disponibles.
Al respecto, el funcionario reconoció que si bien “cuando era concejal planteé un proyecto que no fue apoyado, tendría que haber alguna política de disciplinamiento en sentido urbanístico”.
Acerca de esta idea, explicó que “se podría cobrar una sobretasa a inmuebles ociosos, como hacen muchos países europeos, porque en su mayoría hay problemas de sucesión o de especulación, y capaz que están abandonados por más de 10 años hasta que finalmente construyen algún edificio”.
Pero, “mientras tanto eso genera plusvalía que pagamos entre todos, y trae problemas al resto de la sociedad porque juntan suciedad, son lugares inseguros, se pueden usurpar y perjudican al barrio”, consideró.
Cobro de sobretasa
Sobre la posibilidad de cobrar una sobretasa, amplió que “esta medida está en debate en todo el mundo, ya que ese extra sería ínfimo para los propietarios y casi no tendría sentido por el alto valor de determinados inmuebles”.
El objetivo sería “que vaya a un fondo destinado a vivienda, porque de algún modo significaría un resarcimiento para que el Estado pueda aplicarlo y compensar a la ciudad con políticas de tierra”, indicó el funcionario.
Posibles soluciones
Hay varias políticas públicas que podrían implementar los gobiernos para reducir el número de viviendas ociosas. Muchos países y ciudades enfrentan con políticas activas esta problemática ya que también genera un drama social, implican fracaso en el uso eficiente del parque habitacional y son un obstáculo para que miles de ciudadanos ejerzan su derecho a una vivienda digna.
Para combatir esta problemática en otros Estados se recurre a incentivos fiscales o crediticios, castigos o penalizaciones impositivas o expropiación y/o demolición de inmuebles.
También, para incentivar a los propietarios, se podrían aplicar herramientas de desgravaciones fiscales para que refaccionen las viviendas y las alquilen.
Pueden ser políticas que incluyan mecanismos progresivos para capturar recursos que sean redirigidos a paliar el alto déficit habitacional, pero claro está que es urgente revertir esta realidad, con el fin de impulsar un plan de vivienda y urbanización acorde a las necesidades.
