(PR/Norma Migueles) Este martes, en los Tribunales de Venado Tuerto, la fiscal Andrea Cavallero imputó y solicitó a la jueza de IPP Paula Borrello, la prisión preventiva de un hombre y una mujer, considerados coautores de los delitos de abandono de persona y lesiones dolosas graves en perjuicio de Gladys, una señora de 72 años de edad, quien estaba bajo su cuidado.
La representante del MPA evaluó que existe la posibilidad de ampliar la imputación ya que la investigación está abierta sobre una supuesta venta de la víctima a su cuidadora, quien además era su apoderada y cobraba su pensión y haberes jubilatorios, como así también alquileres de otras propiedades sin que ella recibiera los beneficios de esos ingresos.
En la oportunidad, y en representación de la víctima, en los tribunales estuvo su hijo, quien solicitó que las personas permanezcan detenidas. Un dato que aportó el hombre fue que su madre era una mujer obesa y al momento del rescate pesaba 45 kilos.
La señora está internada en el Hospital Alejandro Gutiérrez desde el 30 de mayo pasado. Según el informe médico, la mujer presentaba laceraciones en las piernas, bajo peso, deshidratación y falta de control médico. Sin embargo, a pesar de su estado físico se mostraba lúcida y ubicada en tiempo y espacio.
Cabe destacar que en el registro de vivienda se hallaron armas y réplicas de armas que están siendo peritadas.
Gritos de ayuda
De acuerdo a lo planteado en la audiencia, días atrás, una mujer denunció que al concurrir a una vivienda ubicada en calle Chile al 700 y transitar por un pasillo, escuchó gritos pidiendo ayuda. Luego, al sentarse en la cocina para entregar un presupuesto para la realización de una fiesta de 15 años, observó plásticos recortados con la modalidad de empaque de drogas.
En el lugar se hizo presente personal de la Policía De Investigaciones y Comando Radioeléctrico de Venado Tuerto, que encontró a la pareja que luego quedó detenida y a un joven de 14 años de edad.
Avanzando hacia el interior de la casa, observaron en el fondo del patio una vivienda precaria de lajas de tapial, con techo de chapas, un trozo de plástico apuntalado con un palo tapando la ventana y una cortina a modo de puerta.
En su interior, había una mujer acostada en una cama y a su lado un tacho de 20 litros, que servía de baño para la mujer, con orina en su interior. Al ver la presencia de los policías, la señora les solicitó ayuda.
A su vez, los vecinos admitieron que hacía varios días que escuchaban los gritos de los cuidadores y los lamentos de la mujer.
Las amenazas
El hijo de Gladys indicó que se mantenía alejado de sus padres por una discusión que había tenido en una oportunidad, pero al fallecer el padre invitó a su madre para que fuera a vivir con él, pero la mujer se negó, prefiriendo quedarse con su cuidadora.
La ausencia de la familia fue aprovechada por la guardadora para amenazar a la víctima y permanecer en la vivienda que también fue ocupada por su familia, echando a la propietaria amenazándola de denunciarla, porque en los 8 años que trabajó no le hizo aportes patronales e instándola que le «vendiera» la casa por un millón de pesos, dinero que nunca llegó a la señora mayor, como tampoco sus haberes jubilatorios y la pensión por el esposo.
Como compensación, fue derivada a la «casucha», sin ropa, dándole de comer las sobras, sin cocina o elemento para calefaccionarse y sin baño en el que higienizarse.
Un dato emergente de la investigación ilustra con claridad como actuaba la pareja: en septiembre del año pasado la mujer, en un arrebato de ira, la pateó a la víctima en las piernas ocasionándole úlceras, que luego fueron curando con curabicheras, sin que por supuesto sanara y sufriendo horribles dolores.
