La casa de Cristina amaneció vallada por el gobierno de Larreta para «proteger» a los vecinos de las manifestaciones que la militancia viene realizando en los últimos días. Fue leña al fuego.


La convocatoria de las agrupaciones para manifestar su apoyo a la vicepresidenta se traslado del Parque Lezama al coqueto barrio porteño.



La esquina de Juncal y Paraná estalla y no para de llegar gente. Entre el olor de las parrillas humeantes y la venta de merchandising peronista, los cánticos que suenan con fuerza advierten «si la tocan a Cristina, que quilombo se va a armar».
Fuente: Pausa


