(PR) Marta Sarbach es fonoaudióloga y desde hace muchos años trabaja con personas que tienen hipoacusia, acompañándolos y asesorándolos en la elección de audífonos que le permitan recuperar la capacidad de oír y comunicarse de la mejor manera posible. “Empecé a trabajar hace muchos años dedicándome a chicos con problemas de lenguaje y fue justamente con una niña de 3 años que tenía retraso en el habla que descubrimos, junto al pediatra, que se debía a una pérdida auditiva. Fue un caso que hubo que conseguirle audífonos y fue así como me incliné hacia el equipamiento con audífonos”.
La hipoacusia es la disminución de la capacidad de oír, se mide con un estudio audiométrico que establece a través de las distintas frecuencias cual es el mínimo de audición. De esta manera se puede saber el grado y el tipo de pérdida auditiva. Puede darse a cualquier edad y por eso la especialista resalta la importancia de realizarle a los niños los estudios en el ingreso escolar. Además, Marta cuenta que cuando la persona toma contacto con ella ya debe haber sido controlada por un otorrinolaringólogo.
“La mayoría de mis pacientes son personas mayores de 50 años. A lo mejor la dificultad para oír no es reciente pero cuando llega un punto que les dificulta la comunicación entonces ahí se deciden por el equipamiento”, explica y resalta que en su caso desde hace muchos años trabaja en conjunto con el Instituto Auditivo Argentino de Buenos Aires que es el representante de los audífonos Starkey, de procedencia estadounidense.
Las diferencias entre los audífonos tienen que ver con capacidad de respuesta de cada audífono para adaptarse a las distintas pérdidas.
Si bien el equipo elegido es importante Marta también destaca otros factores como el tipo de hipoacusia, el tipo de personalidad, la aceptación, o no, de su problema y las expectativas previas. Y como constantemente los factores externos nos atraviesan, situaciones de stress o angustia como la que se está viviendo en el país también afectan el normal desempeño de quienes tienen esta incapacidad, en un estado de tranquilidad a las personas con hipoacusia les resulta más fácil la comunicación. Con el agravante de que ya naturalmente se apoya en la lectura labial y los movimientos en general de la cara que complementan lo que el oye para entender el mensaje y ahora con el uso del barbijo eso se complejiza mucho”.
Por este motivo la especialista recomienda que “cuando uno habla con una persona que tiene audífonos es fundamental tratar de hablarle pausado, prestando atención a ver si entiende, explicando de manera precisa y si es posible sin ruidos de fondo “.


