En el día de ayer regresó a la ciudad de Rufino la imagen de la Virgen de Lourdes, que durante años estuvo sobre ruta 33, y fuera banalizada en diciembre pasado ¿Qué historia se esconde detrás de este regreso? Desde el vandalismo hasta el trabajo paciente y detallista del artista firmatense que la recuperó ¿Qué vivió la estatua en estos meses y cuál será el destino de esa figura? La remodelación del ingreso a la ciudad como hecho bisagra. La Tribuna del Sur te lo cuenta.
Según informó a Pueblo regional el padre Hernán Carletta “la imagen será trasladada desde Firmat hasta Rufino en el día de hoy por la municipalidad”. Sobre la actividad que abrazará la llegada de la virgen, el padre Hernán indicó “Lo de hoy va a ser muy simple. Se va a traer acá, a la parroquia. Y va a estar aquí un tiempo porque coincide con el inicio de todo un proyecto de remodelación del ingreso a la ciudad. Dentro de esas modificaciones estaría la ermita. Así que estará en la parroquia un tiempo, hasta que ese lugar este definido en el ingreso de la ciudad”.
¿Pero quién es el artista que realizó la tarea de reconstrucción? El Padre Hernán nos indicó que se trata de Sebastián Britos (de Firmat). “El artista debió dedicar más tiempo de lo esperado porque estaba muy deteriorada. Además, tenía varias capas de pintura, así que tuvo que quitarle esas capas de pintura para poder trabajar”.
Sebastián Britos fue el autor de este milagro que se observa en las fotos. Según su relato para él no fue un trabajo más. “Ayer llego una preciosa escultura desde la ciudad de Rufino. Es la imagen de la Virgen de Lourdes, y tengo a mi cargo el proceso de la restauración y conservación de la misma. Las partes faltantes se esculpirán conservando la originalidad de la figura”, posteó en sus redes el 22 de diciembre pasado. Un trabajo de 6 meses que hoy, 9 de junio llega a su momento culmine al regresar la imagen a su tierra natal. “Ser escultor y restaurador tiene la responsabilidad de devolver la pieza en condiciones para seguir contando historias. ¡En algún lugar, en su línea de tiempo colapsó, en otros casos (como este) el vandalismo, y hoy necesitó cuidado!”, reflexionó. “No es la intención de la restauración dejar piezas centenarias sin las marcas de su edad. El trabajo respetuoso de la conservación, se atenta a cada detalle que la pieza ilustra, y con esa lectura podemos detener lo que está dañado y revertir, para dejar la obra de arte sana. La belleza está en esa conciencia”.