El juez Benjamín Revori dictaminó la libertad de los tres imputados en una presunta estafa de diez millones perpetrados, presuntamente y según el fiscal Iván Raposo, contra el productor agropecuario y dueño de un Transporte de Villa Cañás, Guillermo Bacaloni, entre mayo de 2017 y agosto de 2018. Una mujer, Patricia Pellegrini, su hermanastro Alberto Martínez y un ex jefe policial, Daniel Bertán estaban sospechados por una millonaria defraudación que no se pudo acreditar en sede judicial. Además se les levantó la inhibición de bienes.
A primera hora de la mañana de ayer se llevó a cabo la cautelar en la sala de audiencia de Venado Tuerto. El fiscal Raposo había solicitado la prisión preventiva para los tres personas acusadas de estafar a Bacaloni. Pellegrini fue su empleada administrativa desde el año 2006 y según Fiscalía había desviado fondos hacia cuentas de su hermanastro por 600 mil pesos y hacia la de su ex esposo, Daniel Bertrán, por 800 mil pesos.
Bacaloni había realizado una denuncia en el Ministerio Público de la Acusación (MPA) el 17 de septiembre pasado. Allí dijo que su encargada administrativa había desviado fondos por más de 10 millones de pesos desde 2017 hasta hace unos meses. En la audiencia la mujer descartó eso, dijo que Bacaloni estaba al tanto de todo y admitió haber tenido una relación sentimental desde el año 2014.
En la cautelar la sala tuvo que ser desalojada alrededor de las 10 de la mañana porque Bacaloni quería declarar ante Revori y dijo que esperaba que se haga justicia confiando precisamente en la decisión del juez que finalmente le fue adversa. Luego se retiró del recinto e ingresaron los familiares y amigos de los tres imputados para escuchar la decisión del juez tras los alegatos del día de ayer y en dónde el de Pellegrini fue el más extenso, contundente y lapidario hacia Bacaloni. «Entre otras cosas dijo que era un «garca» y un acosador. Lo dijo por Bacaloni.
No sólo eso sino que denunció al empresario agrícola de comportarse como un explotador de trabajadores rurales a los «cuales les pagaba menos de lo que merecían», y hasta resaltó que «con los seguros contra granizo para la soja pasaban cosas raras. Nunca cayó piedra en su campo y Bacaloni siempre cobraba del seguro».
En su declaración, con motivo de la imputativa del viernes pasado, Patricia señaló que era apoderada de la empresa, desnudó una serie de relaciones tormentosas con Bacaloni y su esposa. «Era apoderada porque el tipo quería que yo administrara todo porque él viajaba mucho», dijo la mujer quien trabajaba con Bacaloni desde 2006. Ocho años después comenzaron una relación sentimental y al parecer eso detonó la sospecha de la esposa del empresario que «comenzó a hacerme la vida imposible», reveló.
La primera versión es que la empleada administrativa desvió fondos por 10 millones de pesos a cuentas a su nombre, de un hermanastro y de su ex pareja. Lejos de amilanarse, Patricia desplegó una batería de denuncias contra su ex empleador y ex amante. «Yo tenía un sueldo de recibo de 40 mil pesos mensuales pero en realidad ganaba más de 350 mil pesos mensuales que me daba el propio Bacaloni y en función de la administración que yo hacía de un negocio muy rentable y de muchísimos quintales de soja. Todas las transferencias o negocios de ropa o el restaurante que tenía, eran conocidos por Bacaloni», acusó la mujer.
Fuente: La Capital – Carlos Barbarich