(PR/GiulianaGhignone) La vida como influencer no es nada fácil y Florencia lo vive día a día. Pasó de ser una gran consumidora de la red social favorita a ser ella creadora de contenido. “En cuarentena veía mucho Instagram y atenta a la situación de los emprendedores pensé que podía aportar desde mi lugar en la difusión del trabajo que cada uno realizaba” comenzó contando.
Florencia tiene 24 años, estudia psicopedagogía y desde hace dos años comenzó a transitar su propio camino en las redes sociales tarea para la cual se capacitó y fue gestando un vínculo laboral muy importante con una empresa de marketing chilena. Desde un primer momento tomó esta actividad como un trabajo con la responsabilidad que esto significa y hoy, a pesar de haberse recibido de community manager, ella misma tiene a quien la asesora en tema de redes.
“Yo quiero lograr que mi cuenta sea de toda mi comunidad, que quien necesite mi ayuda sepa que puedo poner a disposición mi canal y a la vez aportar un mensaje positivo, que pueda serle útil a mis seguidores” explicó.
Esta venadense se muestra en sus redes simpática, extrovertida y con una empatía que traspasa la pantalla. Aunque reconoce que la exposición es algo que trabaja a diario y significó para ella todo un desafío. “Siempre va a estar quien te critique o te dañe con los comentarios, es parte de este mundo y hoy decido bloquearlos porque no suman. Todo lo que hago siempre es con la mejor de las intenciones y con mucho esfuerzo”.
Con más de 20.000 seguidores esta instagramer logró instalarse y hoy crea contenido sobre body positive, autoconocimiento, ley de atracción “son temas que a mí me han ayudado y aplico en mi vida”. Al mismo tiempo que siempre está dispuesta para trabajar junto a emprendedores locales o causas solidarias.
Su creatividad y dedicación se ve en cada uno de sus posteos y no hay límites para proyectar y crear. Su vida transcurre en paralelo y momentos buenos, como no tan buenos, quedan plasmados cual diario íntimo.