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Rosana Bellatti cuenta el asesinato de su marido

“No quiero que mis hijos crezcan con odio, ni siquiera contra los asesinos de su padre”

 

El 1 de noviembre de 2008 Alejandro Penzi murió asesinado frente a su negocio en Lavalle al 1800 de Venado Tuerto. Rosana Bellatti recuerda el crimen y cómo logró reponerse a la tragedia. Además, destacó la necesidad de respaldar a la familia de Gastón Teglia y confiar en los organismos del Estado para que se haga justicia.

 

“No quiero que mis hijos crezcan con odio, ni siquiera contra los asesinos de su padre”, dice Rosana Bellatti, viuda de Alejandro Penzi, un comerciante de 36 años que el 1 de noviembre de 2008 fue asesinado frente a su negocio por dos delincuentes que meses después fueron detenidos y tras el proceso judicial, condenados a 20 y 16 años de prisión.

“En dos segundos te cambia totalmente la vida”, cuenta Rosana, mientras recuerda que ese sábado estaba con su hijo Bruno de 4 años en su casa, hablando de vereda a vereda con su suegro, que estaba en el negocio que administraban con Alejandro, en calle Lavalle al 1800 de Venado Tuerto.

Una moto en marcha esperaba en el frente. De adentro del negocio salieron los ladrones, perseguidos por Alejandro que temía que atacaran a su padre, que al percatarse del robo impidió que los delincuentes huyeran en la motocicleta. En un instante uno de los ladrones giró y disparó su arma calibre 38. La bala golpeó a Alejandro en el pecho, literalmente le atravesó el corazón, ocasionándole la muerte en forma instantánea.

“Los familiares de las víctimas muchas veces en lugar de pedir justicia lo que queremos es venganza”, reflexiona Bellatti, y surge al instante la imagen de los destrozos en los tribunales venadenses de los últimos días cuando un grupo de vecinos marchó para reclamar el esclarecimiento del asesinato de Gastón Teglia, ocurrido el pasado 14 de diciembre.

“Lo primero que hicimos fue asistir a Alejandro. Los vecinos salieron a ayudarnos. El papá de Alejandro lo cargó en el auto y fuimos a uno de los sanatorios. Los delincuentes se fugaron, robaron un auto a la vuelta del negocio, donde había un taller, y se escaparon. Después de un mes los encontraron. Primero a uno y después al otro”, recordó la mujer.

En el momento del crimen los hijos de Rosana y Alejandro, tenían 4 años Bruno y 5 meses Agostina.

“En esos momentos uno lo que piensa, más que en reclamar justicia, es reclamar venganza. Lo que yo no podía entender era cómo estaban sueltos esos tipos y quería conseguir las fotos para publicarlas, para que la gente supiera quiénes eran y sin embargo eso hubiese entorpecido todo. Porque si eran detenidos y estaban las fotos publicadas era como que había un prejuicio y entonces después podían quedar libres. Los canales de la Justicia a veces no andan por el mismo sentido que tenemos la gente común”, razonó Rosana y planteó: “Los amigos y lo que yo pienso sobre la policía y la justicia me permitieron parar, reflexionar y dejar que actúe la Justicia. Cuesta pensar esto, porque uno no entiende por qué no puede publicar las fotos de estos reventados que cambiaron mi vida, la de mis hijos, la de los papás de Alejandro, en un segundo. Hubo que esperar, pero finalmente los detuvieron, los enjuiciaron y hoy están presos”.

La actitud de Rosana y su familia por el crimen de Alejandro Penzi, se diferencia bastante de esta Venado Tuerto convulsionada por el crimen de Gastón Teglia, con movilizaciones y marchas de todo tipo, y varios dirigentes que buscan llevar agua para su molino.

“Varios dirigentes locales llamaron a través de los medios a la gente a manifestarse por el crimen de Alejandro. Entonces yo pensé, primero, que no quería que se utilizara políticamente el asesinato de mi marido, y además sabía que todo esto generaría una eclosión muy grande, pero cuando algo explota, con esa misma rapidez se retrae todo, se desinfla todo. Nosotros tenemos la posibilidad de sentarnos con el ministro de Seguridad, con el gobernador, donde podemos participar e ir más allá de la protesta”, reflexionó Bellatti.

A la vez remarcó que en la actualidad se está viviendo “un serio problema de convivencia”, con hechos de violencia cotidianos y por mínimas razones, y en ese marco consideró que “lo que hay que hacer es contener a esa familia (la de Gastón Teglia). Es un momento sumamente doloroso. Veía las imágenes de la mujer y me sentía tan identificada. Porque lo único que uno quiere es justicia”.

Volviendo a su historia personal Rosana contó sus pensamientos después de ese trágico 1 de noviembre de 2008: “Lo que pensé en ese momento es qué sociedad le quiero dar a mis hijos. Y cuando nos pasó esto lo que pensé es que no quiero que mis hijos crezcan con odio, ni siquiera hacia los asesinos de su padre. Eso era lo que pensaba en ese momento: quiero justicia y no venganza. No quiero odio. De hecho nunca quise ver la cara de los tipos, porque quiero vivir tranquila. Para mí son anónimos. Tuvimos la desgracia que nos pasó a nosotros, pero le puede pasar a cualquiera, como le pasó ahora a este chico y le pasó a tanta gente. Son anónimos y están en la sociedad. Y son chicos que han venido de una historia de mierda y eligieron ese camino, o quizás no tuvieron mucha posibilidad para elegir. Lo importante es la familia y que no se plieguen algunos vivos que utilizan esto para largar sus broncas, y no respetan a los familiares”.

Por el crimen de Alejandro Penzi fueron condenados Maximiliano Benítez, autor del disparo homicida, a 20 años de cárcel, y Federico Ramallo a 16 años.

“Que estén detenidos los asesinos es muy importante, porque si además de todo esto, que uno se rearma como puede en función de los hijos y la familia, tuviese que estar con la impotencia de que estén libres, la frustración de decir que no hubo justicia, el sentir que uno es víctima constante todos los días, todo sería mucho peor. El tema de que estén presos nunca alcanza, nunca la justicia es justa cuando la víctima la reclama, porque en lugar de los 20 años uno quiere que se pudran ahí adentro, que se mueran ahí adentro hasta que sean viejitos, porque la vida de Alejandro no se recupera, la vida de mis hijos tampoco. Lo importante es que actuó la justicia, y eso es lo fundamental. Y el día de mañana para nosotros es un interrogante. No sé qué va a pasar mañana”. 

 Entrevista Pablo Almena

Nota Pablo Salinas

Lavalle al 1800. Lugar en que fue asesinado Penzi.

 

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