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Santa Fe: temen que una deuda heredada deje a la provincia sin energia

«Salir de la grave crisis en la que está la provincia nos llevará un año y medio. Ahora, con la caja vacía, estamos atados de pies y manos». Visiblemente apesadumbrado por los datos que le llegan desde los ministerios y preocupado por la administración de los escasos recursos con los que cuenta hoy la provincia, un funcionario del gobierno de Santa Fe sintetizó de ese modo la situación en la que se encuentra la gestión de Omar Perotti, tras superar la barrera de los primeros 40 días en la Casa Gris. Entre las hipótesis adversas que maneja la provincia en un escenario complejo hay una que inquieta un poco más al mandatario y sus colaboradores: la posibilidad de que la distribuidora mayorista de electricidad Cammesa, a la que la Empresa Provincial de la Energía (EPE) le debe más de 4.000 millones de pesos, corte el suministro si no recibe pagos a cuenta de ese impresionante pasivo.

«Es una posibilidad que no descartamos, pero aspiramos a evitarlo», admitió a La Capital una fuente con acceso tanto a la intervención de la EPE como al despacho del gobernador.

La situación de la EPE, que además acumula un déficit también superior a los 4.000 millones de pesos, es uno de los casos testigo que usan los funcionarios de la provincia para explicar por qué el gobierno necesita que la Legislatura santafesina declare la emergencia económica. «Sería la única manera de reasignar fondos para cumplir con Cammesa en el marco de una renegociación por semejante deuda», explican.

La EPE y Cammesa

El 12 de diciembre pasado, cuando Mauricio Caussi se hizo cargo de la EPE como interventor, la empresa tenía una deuda superior a los 5.200 millones de pesos. A los pocos días debió cubrir 2.518 millones de pesos de deuda ya reprogramada, más sus intereses, para evitar sanciones de Cammesa. Y una deuda adicional de 500 millones de pesos. Hoy, con la factura de enero (2.226 millones de pesos), la deuda con la distribuidora mayorista es de 4.335 millones de pesos. Si no paga, la EPE se expone a sanciones económicas y también a la posibilidad de que le corten el suministro.

«La decisión de no dejarle elaborar el presupuesto 2020 a Perotti agregó dificultades para afrontar la crisis económica y financiera de la provincia», resumió a este diario el vocero del gobierno, Leo Ricciardino. Y agregó: «Ese presupuesto contempló aumento de partidas para los poderes Legislativo y Judicial, pero no para el Ejecutivo, con algunas pocas excepciones».

En pocas palabras, el presupuesto de Miguel Lifschitz asignó más dinero a atender las necesidades de la burocracia política y judicial que las de la gente.

Alimentos y medicamentos

En la práctica, la imposibilidad de Perotti de disponer de otro presupuesto complica las compras de alimentos o las chances de incrementar el monto de la Tarjeta de Ciudadanía, que hoy reparte la ridícula cifra de 300 pesos por beneficiario. En la Casa Gris consideran que ese programa podría resultar muy útil para asistir a las personas con necesidades que quedarán excluidas de la Tarjeta Alimentaria nacional, próxima a implementarse por parte del gobierno de Alberto Fernández.

«Los alimentos aumentaron un 50 por ciento en 2019 y el incremento de partidas para esas compras que dejó Lifschitz sólo el 26 por ciento», graficó Ricciardino. Otras fuentes cercanas al gobernador agregaron que la emergencia permitiría acceder a partidas extra para estas ayudas.

Algo parecido ocurre con la emergencia sanitaria: la Casa Gris pretende priorizar la compra de medicamentos y reforzar la producción del Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF), pero hoy no puede hacerlo porque no tiene dinero en sus arcas.

«La emergencia económica también es vital para poder reprogramar contratos y afrontar deudas con proveedores y contratistas», se escucha decir en la Gobernación Esa deuda flotante llega a los 24 mil millones de pesos. Sumada a la deuda de caja, la cifra asciende a los 40.500 millones de pesos.

Un capítulo aparte son los municipios y comunas, a los que el gobierno de Perotti se ve imposibilitado de asistir financieramente por la herencia que le dejó su antecesor. Muchos están asfixiados y no podrán hacer frente a sus compromisos sin ayuda de la provincia, que además está obligada a hacerlo. Una vez más, las previsiones del presupuesto 2020, enviado en su momento por Lifschitz y aprobado por la Legislatura, deja al mandatario sin herramientas.

«Situación ruinosa»

«Estamos en una situación ruinosa y necesitamos que la Legislatura apruebe la emergencia económica para poder iniciar el camino de la recuperación, que de todos modos será largo», sostuvo Ricciardino.

El otro tema que preocupa seriamente a la gestión de Perotti es el de la planta permanente de empleados de la provincia. Es más: según pudo saber este diario, ya se encuentran bajo revisión los nombramientos realizados desde 2015 hasta 2019, lapso en el cual el plantel de agentes del Estado tuvo una variación del 8 por ciento con los datos disponibles a septiembre del año pasado. En el gobierno no descartan que, desde entonces hasta diciembre, se hayan producido más designaciones. Si así fuera, la gestión de Lifschitz habría incumplido una ley que ordena no incorporar personal a la planta permanente del Estado en los últimos 60 días.

En el gobierno provincial están convencidos de que son precisamente referentes de la gestión anterior los que traban la sanción de la ley de emergencia. Aun así, confían en que legisladores de la oposición comprenderán la gravedad de la situación y finalmente levantarán la mano. «Así daríamos un gran paso para enfrentar los problemas que nos dejaron», afirmaron.

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