Se trata de Juan José Ángel Domínguez, de 40 años, quien actuó con el fin de causarle sufrimiento a una mujer, quien era su ex pareja. La sentencia fue dispuesta por unanimidad en el marco de un juicio oral y público que finalizó este miércoles en los tribunales de Venado Tuerto. El ataque ocurrió en la localidad de Santa Isabel, el 29 de mayo de 2020, con un arma de fuego. La fiscal que representó al MPA en el debate fue Rafaela Florit. El condenado continuará en prisión en la cárcel de Piñero.
La sentencia fue resuelta por unanimidad por un tribunal integrado por los jueces Adrián Godoy (presidente), Aldo Baravalle y Leandro Martín, en el juicio oral y público que finalizó este mediodía en los tribunales de Venado Tuerto.
La fiscal Rafaela Florit, explicó que «Domínguez llevó a cabo su accionar delictivo con el fin de provocarle sufrimiento a una mujer con la que había mantenido una relación sentimental», y agregó que «a su vez, ella era la actual pareja de Landriel». Tras conocer el veredicto, valoró que «el tribunal consideró acreditada la acusación que realizamos y dispuso la pena que pretendíamos desde la Fiscalía».
La ex esposa de Landriel se constituyó como querellante, representada por el abogado Juan Manuel Baima, quien colaboró con la Fiscalía en la investigación.
Domínguez fue condenado como autor de homicidio calificado (por haber sido cometido mediante el uso de arma de fuego y por tratarse de un homicidio transversal por femicidio vinculado, es decir, cometido con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que había mantenido una relación de pareja).
Arma de fuego
El hecho ilícito fue cometido el viernes 29 de mayo de 2020 alrededor de las 5.30. Florit indicó que «Landriel iba a su trabajo en bicicleta cuando el condenado lo atacó con un arma de fuego en calle Francia, en dirección a la Ruta Provincial 94», y subrayó que «la víctima recibió un disparo en la cabeza y quedó tendido en el suelo».
«Con el avance de la investigación se logró determinar el móvil del ataque», manifestó Florit. «Durante los días previos al hecho, el condenado había hostigado a su ex pareja en reiteradas oportunidades», aseveró. «En un contexto de violencia de género, la había instado a ‘volver’ con él y le había dicho que ‘si no era de él, no iba a ser de nadie'», remarcó.
La funcionaria sostuvo que «el desafío del juicio fue dar cuenta de lo sucedido a partir de indicios, ya que no hubo testigos directos». Expuso que «el ilícito fue cometido en una de las últimas cuadras de Santa Isabel, mientras la calle estaba cerrada con un cúmulo de tierra como medida de seguridad para restringir la circulación en el marco de la pandemia de coronavirus».
«Un día después del hecho, las fuerzas de seguridad trabajaron con dos perros que detectaron el camino que siguió el condenado desde el lugar del ataque hasta la casa en la que él vivía», puntualizó Florit. «A su vez, una vecina declaró que escuchó el disparo, así como a una persona que pasó corriendo inmediatamente después en el sentido marcado por los canes», agregó.
Asimismo, refirió que «a pocos metros de donde estaban el cuerpo de la víctima, su bicicleta y otras pertenencias, se halló una colilla de cigarrillo que fue peritada y tenía rastros del perfil genético de Domínguez».
También, la fiscal indicó que «informes de impactos de antena y uso de datos móviles del teléfono celular permiten corroborar que el condenado es quien le quitó la vida a Landriel».
Por otro lado, Florit especificó que «los episodios de violencia de género en perjuicio de su ex pareja fueron acreditados a partir de distintos medios, así como cambios de actitudes posteriores al ilícito». Al respecto, ejemplificó que «el condenado llamaba por teléfono a la mujer de manera incesante –llegó a hacerlo 71 veces en un mismo día–, pero el viernes 29 de mayo de 2020 no lo hizo ni una vez».
