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Se cumplen diez años del triple homicidio que conmovió a Venado Tuerto

(PR/Norma Migueles) El miércoles 7 de octubre de 2015, José Daniel Nacre huía de la policía, a toda velocidad, por Av. Santa Fe a bordo de un automóvil Volkswagen Bora robado, dobló por calle Agüero y al llegar a la esquina de España atropelló y mató a Natalia Gavaciuti (29), Rocío Gavaciuti (12) y Leonardo Díaz (30), quienes se movilizaban en una motocicleta. Al día siguiente del hecho, la niña tenía su viaje de estudios.

En septiembre de 2022, la Corte Suprema de Justicia de la Nación dejó firme la condena de 15 años de prisión contra José Daniel Nacre. Con las firmas de Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti, el máximo tribunal, por unanimidad, consideró que se trató de un «homicidio simple con dolo eventual», tal como lo argumentó en el juicio, el por entonces fiscal Juan Pablo Lavini Rosset.

Desde el día de la tragedia, Susana Gavaciuti, madre de Natalia y abuela de Rocío, comenzó su lucha en el ámbito de la Justicia para llevar a Nacre ante los tribunales y colocarlo tras las rejas. Lo terrible no sólo fue su dolor porque en su casa quedo armada la mochila que Rocío iba a llevar en el viaje de estudios, sino que las heridas de su arma se convirtieron en lesiones que fueron minando su cuerpo.

En el tortuoso camino del duelo, su esposo cayó en un profundo pozo depresivo como consecuencia del triple homicidio y su hijo decidió quitarse la vida por esta misma razón. Lamentablemente, encontró la paz en abril de 2018 cuando falleció.

La tragedia

La noche del miércoles 7 de octubre del 2015, José Daniel Nacre consumió cocaína y marihuana antes de subirse al Volkswagen Bora negro que había sido robado horas antes cuando estaba estacionado frente a un establecimiento educativo de barrio Rivadavia.

Poco antes de la medianoche, mientras era perseguido por la policía, su auto impactó de lleno contra la moto en la que se movilizaban Natalia, Rocío y Leonardo, quienes fallecieron en el acto, tras haber sido arrastrados unos 40 metros abajo del VW Bora.

Antes del hecho, Natalia, Leonardo y Rocío se habían reunido con otra familia para cerrar la venta de una moto. Laburaban temprano al día siguiente, la nena iba al colegio y no querían regresar tarde a su casa.

A la vuelta, Natalia llevaba a Rocío en su moto y a poco de salir, pinchó la rueda y volvieron de sus amigos, quienes les ofrecieron llevarlos en su auto, pero no quisieron y los tres volvían a casa en la moto, además, la noche se prestaba para ese paseo.

Al llegar al cruce de Avenida España y Agüero, a pocos metros de la ermita de la virgen, tenían doble prioridad de paso, circulaban por la mano derecha e iban por la calle principal en el vehículo de menor porte.

Por Agüero, en tanto, iba Nacre, quien sin pisar el freno en esa esquina y sin conocer el vehículo que había sido robado esa misma tarde, tuvo la posibilidad de evitar la muerte de las tres víctimas, pero no lo hizo. Como fue probado por la Justicia, al impactar con la moto y arrastrarla, dio marcha atrás y se fue hacia adelante para tratar de zafar de esa situación y seguir su escape.

El Bora impactó de lleno a la moto y por la velocidad a la que venía, la arrastró más de 40 metros, y no solo eso, al detenerse el vehículo -por la fricción misma de la moto debajo de las ruedas- Nacre seguía acelerando porque quería escapar y al bajarse del vehículo, intentó huir.

En el lugar se defendió a piñas y patadas de la policía, parecía que no tenía idea de lo que había pasado y tuvo que ser reducido por cuatro agentes para esposarlo.

Durante el juicio, el oficial del Comando Radioeléctrico, Mauro Gabriel Albarracín, dijo que vio como el Bora embistió a la moto, una persona «voló» y quedó entre los árboles -en referencia a Rocío-, un hombre contra la pared -Leonardo- y una señora contra el cordón de la calle «despedazada» (Natalia).

Por su parte, Juan Carlos Carabajal detalló: «Al momento del impacto veo que las personas salen volando por encima del vehículo. Una de ellas pega contra una columna y los demás estaban muy mal y a una de las víctimas le faltaba una de sus extremidades, ninguna se movía».

El auto había sido robado a las 16 del mismo día, pero el hecho fue denunciado recién cinco horas más tarde por Federico Valentín, su dueño, en la Comisaría Segunda.

Al momento de ser detectado por la policía, Nacre no obedeció la orden de alto y se dio a la fuga por distintas calles de Venado Tuerto y al llegar a la intersección con Av. Santa Fe pudo haber optado por huir hacia Ruta Nacional 33, pero decidió adentrarse en la ciudad.

En cada curva había chispazos, la luz de freno nunca se encendió y el ingeniero y perito en accidentes de tránsito de la Policía Federal Argentina, Román Natalio Sgarameglio, dijo que, según su experiencia, el Bora circulaba a 80 kilómetros por hora.

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