Tras la creación de la figura de los cinerarios en el ejido municipal por Ordenanza el año pasado el párroco de la Parroquia Inmaculada Concepción ingresó una nota en el Concejo solicitando la autorización para emplazar un receptorio sobre calle 25 de Mayo en el lateral izquierdo de la Catedral.
La ordenanza autorizando la construcción será presentada mañana por el concejal Pablo Rada para que el Ejecutivo autorice la obra y se los exima del pago del Derecho de Edificación y/o cualquier otra tasa o gravamen Municipal.
“En su presentación expresan que el objetivo de este espacio es el que todos los feligreses que hubieren sido cremados dispongan de un lugar para darles cristiana sepultura”, señaló el edil.
Describiendo luego alguna de las características que habrá de tener el cinerario, a saber: se construirá el atrio descubierto, de forma heptagonal, de unos 80 cm. de alto aproximadamente, con una tapa de hierro o mármol, con cierre de seguridad para su resguardo por donde se introducirán las cenizas, desarrollándose en el patio lateral del templo sobre calle 25 de Mayo, dentro de los límites del terreno parroquial, y rodeado de una parquización acorde al entorno, realizándose una fosa impermeabilizada que albergará las correspondientes cenizas de los fieles.
Por su parte el párroco Diego Cavanagh indicó que los feligreses desde hacía tiempo habían planteado la necesidad de contar con este espacio y ahora en el marco de un planteo de reformas que se efectuaràn en el patio de la catedral, resurgió la posibilidad de instalar en ese lugar un cinerario.
“Es un servicio para los fieles que ha despertado interés, así que por lo pronto estamos realizando algunas reformas en el frente con colocación de una nueva reja, parquización y ordenamiento del frente. Cuando tengamos la autorización empezaremos a construir el cinerario”, indicó.
Por otra parte aclaró que proyectan realizar una ceremonia mensual donde las personas podrán dejar las cenizas de sus seres queridos en el cinerario en el marco de un oficio religioso. También llevarán un registro de los fallecidos.
Cabe recordar que el cinerario es un lugar preparado para sepultar los restos mortales cremados, habitualmente conocidos como «cenizas» de los difuntos. Existen cinerarios donde se dejan las urnas, cada una por separado, y otros en los cuales se «vuelcan» las cenizas todas juntas. En los último años son muchas las iglesias que los han habilitado en sus predios.