El próximo sábado se realizará una nueva edición de la Santa Cumbia, la “fiesta más grande de Santa Fe” que cambió el sentido de las noches venadenses y se instaló como una propuesta que convoca a personas de toda la provincia y de las provincias vecinas. PUEBLO Regional dialogó con Rafael Sevilla, uno de los organizadores de esta fiesta, quien explicó que el número cada vez mayor de gente que asiste implica un gran desafío.
“Parece que se organiza hace mucho tiempo, pero tiene poco más de un año. Para esta edición nos preparamos con más carpas que las que trajimos en mayo, que era la más grande del país. Ahora sumamos dos carpas más, con algunas de las que estuvieron en el Lollapalooza. Estamos trabajando con una empresa de Rosario que trabaja con las fiestas más importantes del país. Va a ser una puesta en escena muy importante”, explicó.
En este caso, será en el predio del Polo, a diferencia de las últimas que habían sido en el club Newbery. “Necesitábamos un espacio más grande, y con el Polo fue un encuentro mutuo. Y tiene la particularidad de que nunca fue utilizado para un mega evento. Así que el Polo se abre a la ciudad, que es un dato no menor”, apunta.
La fiesta arrancará a las 21 horas y habrá para comer, diez barras, y además de los espectáculos centrales, habrá un espectáculo de tambores de Rosario llamado La Pegada, y las Chicas Pointer, que presentarán su número de danza. Los shows centrales serán de Claro que sí, La Kuppe, y Amar Azul. Las anticipadas salen 300 pesos. “Tratamos de que, pese a la crisis y el dólar que vuela por las nubes, se mantengan los precios. Por la situación del país, vamos a poner las cosas a unos precios accesibles”, subraya, y agrega que se trata de un evento muy significativo para la vida social y económica de la ciudad.
“Hay 500 personas trabajando en la fiesta, eso ya es interesante. Después, como evento genera que se activen los negocios de ropa porque el que va a buscar la entrada por ahí se compra algo. Lo empezamos a ver en Instagram con sorteos en combinación con las entradas a la fiesta. Y hay un 30% de gente que viene de afuera, por lo tanto, también se mueven los hoteles. Y si se quedan a dormir, es probable que después vayan a un bar a almorzar. Pensándolo en términos macro, con la crisis económica del país, que haya una minireactivación de economía regional, es muy importante”, detalla.
“Es valioso para analizar esto de guardarse un mango para lo festivo, porque la vida también es el ocio. Hay un discurso repetitivo muy utilitarista, esto de que no tienen un mango, pero se emborrachan o se van a bailar. Y claro que sí, es el derecho al ocio, al goce, que la vida no sea solamente llegar a fin de mes, que tenga más significado. Y con la fiesta la empezaron a tomar de esa manera, es identitaria de la ciudad y de la zona, no es solo una fiesta de una sola noche. Si se reúnen 10 mil personas en una ciudad donde nunca pasó, es para pensar por qué sucede”, determina.