(PR/Rocío Guzmán) De empleada administrativa a dueña de un sex shop: Mónica Bertoni cumplió 16 años en el rubro y a lo largo de su larga trayectoria ha vivido múltiples vivencias entre ellas, la pandemia y el tabú de una sociedad conservadora.
¿Han notado qué últimamente casi nada está prohibido?. Lo prohibido dejó de ser un estilo de vida pero aún conserva lo privado, el misterio. Y aunque no lo crean, hay una diferencia.
Primeramente conocer un poco a la chaqueña Mónica Bertoni (venadense por adopción) que antes de ser la propietaria del Sex Shop Extasy Collection, ubicado en Belgrano 36, era empleada en una oficina. Y su hermana que se dedicaba a manejar un remis, fue la de la idea.
Pero el local no nacería sino hubiese sido por la insistencia de amigos y familiares. Al tiempo, la hermana de Mónica se mudaría de ciudad, por lo que ella tomaría el mando.
La tienda de juguetes sexuales vivió sus primero 6 años en la Galería Coral para después sumarse a la galería Paseo del Sol, donde actualmente se encuentra.
Consultada por Pueblo Regional, Mónica manifestó con alegría que en el mes de diciembre cumplieron 16 años en el rubro. De los cuales 10 en la galería que se encuentra ahora.
Permanecer tantos años vigentes y crecer no es tarea fácil, según la comerciante el secreto empresarial es justamente el «secreto» que envuelve a las compras y sus clientes. «La persona que viene a comprar tiene máxima privacidad y discreción en lo que compra. Además de tener variedad de productos y precios», resaltó.
Si bien existen tiendas de lencería con el anexado de sex shop y sex shops online, Extasy Collection es el único local emplazado y dedicado exclusivamente a la temática en la ciudad, según nos aclara.
El 2022 fue un año muy duro para todos los comerciantes en general, para Monica no fue muy diferente. «La primer etapa de la pandemia fue dura porque no podía venir al local para poder vender ni siquiera on line», nos cuenta.
«Me ayudaron familiares con los gastos particulares y luego a vender con modalidad entrega a domicilio. Ahí las ventas fueron normales», recuerda.
Respecto al lugar, encontraran diversos objetos eróticos y sexuales, preservativos y lencería, entre otros. «Los productos más vendidos son los lubricantes y dildos (consoladores)», mencionó.
En cuanto a la clientela expresó que «es muy pareja, vienen tanto hombres como mujeres, quizás un poquito más los hombres» y de «edades variadas, en este momentos esta viniendo más la gente joven.»
El sexo, aparte de ser la conducta de la que depende la reproducción humana, también se ha convertido en un acto social donde se produce intercambio de afecto o placer. Que el sexo en la sociedad se vea como un tabú, sobre todo en la familia o en la educación, tiene graves consecuencias. A lo largo de nuestra vida, este va a tener su propio papel, tanto a nivel de desarrollo biológico como social.
«Aún hay gente que le cuesta venir al local, pero son los menos, la gran mayoría viene a elegir el producto, acá no serán juzgado. Sino que se toma como una práctica normal. Creo hubo una gran evolución en ese sentido, se vive la sexualidad con mayor libertad», opinó.
