Los Centro de Actividades Juveniles formaban parte de los distintos programas del Estado para promover la participación y desarrollar actividades educativas y culturales con un sentido de integración. Es uno de más de los programas que quedaron inactivos con la llegada del nuevo gobierno. El ajuste dejó en el camino mucho más que grasa militante y ñoquis: fundamentalmente se abandonaron políticas sociales, culturales y educativas que se orientaban con un perfil inclusivo a multiplicar las oportunidades y generar nuevas relaciones, explorando la creatividad y la capacidad de trabajo comunitario.
En Venado Tuerto, el CAJ tenía como sede el colegio exNacional 1. En su caso, se eligió la modalidad de medios de comunicación y, con la coordinación de los periodistas locales Norma Migueles, Héctor Pagano y Ricardo Pisano, se había elaborado el proyecto de una radio en la escuela, que llegó a tener una hora de programación por la mañana y otra por la tarde. Además de la instancia formativa, los CAJ permitían conocer un nuevo oficio y, en algunos casos, encontrar una vocación y clarificar el panorama para la prolongación de los estudios en el nivel terciario o universitario.
“Durante todo el año pasado se hizo la capacitación y en septiembre se puso en funcionamiento la radio con salida al exterior. Era una hora a la mañana y otra a la tarde. Había aproximadamente 30 chicos, esto era voluntario”, comenta Pisano.
Las herramientas de trabajo y el equipamiento habían sido enviadas por la Nación. Con el fin de los contratos en diciembre, los trabajadores quedaron en un limbo, a la espera de respuestas sobre la confirmación de su continuidad. La excusa del trabajo inútil y los ñoquis implicó un enorme ajuste que dejó sin trabajo a una gran cantidad de personas que desarrollaban tareas claves desde las oficinas públicas.
“Con el cambio de gobierno comenzaron a circular rumores sobre la no continuidad de los programas socioeducativos. Se hizo una delegación a la Provincia, porque la Nación no se iba a hacer más cargo. Dieron que se iban a continuar, pero todavía no hay nada. Nosotros decíamos que somos los ñoquis del gobierno. A lo mejor alguien no cumple como debe cumplir, porque pasa siempre. Pero cuando se toca algo que está funcionando y bien, que se generan otros tipos de vínculos, el colegio que pone toda su infraestructura y personal, vos te sentís tocado”, cierra Pisano.