El ex jefe de Drogas Peligrosas de Venado Tuerto y luego titular de Contrainteligencia de la Policía de Investigaciones, Alejandro Druetta, que fuera ensalzado por gran parte de la dirigencia política e institucional venadense por la inverosímil detención del narco de Villa Cañás, Carlos Andrés Ascaíni y posteriormente de Aldo “Totola” Orozco de Firmat, fue procesado este martes por la Justicia Federal. La medida judicial cae como un balde de agua fría puesto que Alejandro Druetta es hombre de extrema confianza de determinados dirigentes del FPCyS de General López.
Está acusado por haber confabulado junto a Ignacio “Ojito” Actis Caporale, quien será juzgado por narcotráfico, para que éste pudiera llevar adelante la comercialización de droga en la zona de Venado Tuerto en 2012.
El ex jefe de Inteligencia Zona Sur provincial de la Dirección de Drogas Peligrosas, comisario Alejandro Druetta, fue procesado por presuntamente haber conjurado para que Ignacio «Ojito» Actis Caporale pudiera desarrollar el narcotráfico en la zona de Venado Tuerto, donde el policía fue designado jefe en 2012.
El juez federal Marcelo Bailaque entendió que existió una conversación entre ambos en 2012 donde el jefe policial le pide reunirse a Caporale porque su dirección se “muda” a la zona de Venado Tuerto y «capaz hay algo para vos allá».
Para el juez federal en las pruebas existe “ultraintencionalidad ilícita de la actividad de Druetta y el apodado Ojito, dirigidas en principio a llevar adelante conductas de tráfico de drogas en Venado Tuerto».
En abril pasado se produjeron allanamientos en la localidad de Alvear, donde residen familiares de Druetta, y dos en Rosario, incluyendo su oficina en la sede de la PDI, en el ex Batallón de Comunicaciones 121, de Lamadrid al 300.
¿Quién es Druetta?
Druetta se desempeñó entre 2010 y 2012 como jefe de la Brigada Operativa Departamental de la Dirección de Prevención y Control de Adicciones de la Policía de Santa Fe en Villa Constitución, y luego fue designado titular de la misma área en la Unidad Regional VIII, con sede en Venado Tuerto, dos de los lugares donde Actis Caporale tenía injerencia en la actividad por la cual se lo investigó.
El nombre de Druetta cobró trascendencia en esos años al participar de la detención de dos traficantes del sur santafesino, Carlos Ascaíni y Totola Orozco.
¿Quién es Ojito Caporale?
Actis Caporale, en tanto, es el joven que en 2012 volvía en avión desde Colombia y se bajó de manera imprevista en Perú para escapar, porque alguien le había avisado que la Policía de Seguridad Aeroportuaria lo esperaba en Ezeiza para detenerlo por narcotráfico.
Aquel día habían sido detenidos en Rosario personas de su entorno, vinculadas a la Tata Medina, una distribuidora de drogas con domicilio en barrio Parque Casas. La policía había allanado el departamento de Actis Caporale en Presidente Roca al 600.
Un Fiscal amenazado al que poco le creyeron
Druetta fue separado de su cargo en Venado Tuerto en agosto del 2012 por una denuncia sobre amenazas que se habían producido de un teléfono de la Brigada de Drogas Peligrosas hacia el Fiscal Eduardo Lago de nuestra ciudad. La mayoría de la dirigencia institucional y política de Venado Tuerto salió en su defensa. El sueño del «Eliot Ness, que atrapa a los malos vulnerando algunas reglas», deslumbró a los venadenses. Una excepción, nobleza obliga, fueron algunos dirigentes justicialistas de esta ciudad; cosechando sendas críticas por aquel entonces. Incluso hubo una operación de prensa donde dirigentes provinciales del FPCyS operaron a periodistas y medios de comunicación difundiendo el decreto de designación del Fiscal Eduardo Lago, que había sucedido durante la gobernación de Carlos Alberto Reutemann. La operación de prensa pretendió defender al Sub Comisario Alejandro Druetta buscando ligar al Fiscal Lago con Reutemann, y Reutemann con el por aquel entonces abogado Veneno Battistoni que oficiaba de asesor letrado de uno de los firmatenses investigados por Druetta. Supuestamente aquel vínculo era la explicación de la separación de Druetta de su cargo. El tiempo le dió la razón al Fiscal Eduardo Lago.